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¿Qué es?

La parálisis facial es una debilidad de los músculos de uno de los lados de la cara causado por problemas en el nervio facial. El nervio facial se inflama y deja de funcionar bien.

Los nervios faciales son dos, uno del lado derecho de la cara y el otro del lado izquierdo de la cara. Coda uno tiene varias ramas. La rama principal controla la mayoría de los músculos de un lado de la cara, incluidos los músculos que controlan la expresión facial y los músculos que cierran y abren los ojos y la boca. Otras ramas más pequeñas van hacia la lengua y los oídos.

La inflamación del nervio facial que se paraliza es causada por una infección viral. La infección viral más frecuente que causa la parálisis facial es el herpes simple, el mismo virus que causa el herpes labial (ampollas en los labios) Una variante de la parálisis facial, llamado síndrome de Ramsay Hunt, está causada por el virus del herpes zóster, el virus que causa varicela y la culebrilla. Una causa menos frecuente de parálisis facial es la enfermedad de Lyme. Las personas diabéticas son más propensas ha desarrollar la parálisis facial.

Síntomas

En la mayoría de los casos, los síntomas de la parálisis facial comienzan gradualmente y se desarrollan completamente a las 48 horas. Los primeros síntomas incluyen cambio de sensaciones en una parte de la cara, en y alrededor del oído, audición aumentada o disminuida y deterioro del sentido del gusto. A medida que la condición progresa, la persona generalmente tiene problemas para cerrar la boca y ojos de uno de los lados de la cara y puede quejarse de no poder mantener la comida en la boca. Los ojos también pueden doler más que lo normal.

Diagnóstico

Los médicos usualmente diagnostican parálisis facial en base al examen físico. Su médico examinará la debilidad en sus músculos de la cara y prestará especial atención a su capacidad para cerrar ambos ojos y mantenerlos cerrados. También le pedirá que sonría y silbe para observar si hay diferencias entre los dos lados de su cara. Su médico le preguntará si tiene cualquier síntoma de entumecimiento o debilidad en otras partes del cuerpo o dificultad para caminar. Estos síntomas están asociados a la parálisis facial, pero esto ayuda a descartar otras causas de debilidad facial.

Su médico buscará signos de culebrilla como salpullido en su cara y oídos. Si tiene salpullido, especialmente doloroso, su médico diagnosticará el síndrome de Ramsay Hunt causado por reactivación del virus del herpes zóster.

Si no existen otros síntomas y el único problema es la debilidad en los músculos faciales, su médico puede diagnosticar la parálisis facial sin realizar más exámenes. Quizá le pidan realizarse un análisis de los valores de azúcar en sangre si no se ha hecho uno recientemente, ya que las personas diabéticas son más vulnerables a la parálisis facial. También pueden ordenarle realizarse el examen de la enfermedad de Lyme.

Duración

Los síntomas de la mayoría de las personas llegan a su pico a las 48horas, comienzan a mejorar dentro de las 2 semanas posteriores y están completamente recuperados a los 6 meses. En casos raros, los síntomas no desaparecen completamente sino que permanece una leve debilidad facial permanente.

Prevención

No hay manera de prevenir la parálisis facial.

Tratamiento

Si los síntomas son leves, quizá no sea necesario un tratamiento. Muy a menudo, se receta la prednisona (Deltasone, Orasone, entre otros), un corticosteroide, a las personas con parálisis facial, para reducir la inflamación del nervio y disminuir el dolor. Algunos médicos recetan una combinación de prednisona y un medicamento contra el virus del herpes, como el aciclovir (Zovirax) o el valaciclovir (Valtrex), medicamentos orales que atacan el virus del herpes. La medicación usualmente se toma durante 10 a 14 días.

Si la parálisis del herpes forma parte del síndrome de Ramsay Hunt, se necesitará un tratamiento con una dosis más alta de aciclovir o valaciclovir. Si la parálisis facial está relacionada con la enfermedad de Lyme, entonces se trata con antibióticos contra las bacterias que causan la enfermedad de Lyme.

Si la parálisis facial afecta su capacidad para cerrar los ojos, la cornea se puede secar y rayarse. Para evitar esto, debe proteger sus ojos del viento y el polvo y usar lentes. Necesitará mantener sus ojos humectados y usar frecuentemente gotas artificiales durante el día, y lubricar sus ojos a la noche con un ungüento estéril para ojos.

Cuándo llamar a un profesional

Llame a su médico de inmediato ante el primer signo de deterioro en la fuerza de los músculos de su cara, si tiene dificultad para comer, o beber o párpados caídos. Llámelo también si su oído tiene lesiones, especialmente si observa ampollas alrededor de sus oídos o dentro del canal auditivo,

S le han diagnosticado la parálisis facial, llame a su médico de inmediato si sus ojos comienzan a dolerle o los siente irritados. Llame a su médico si siente débil sus brazos o piernas, si cambió su nivel de visión, si se siente mareado o si tiene problemas para tragar, o si el dolor de cabeza empeora cada vez más. Póngase en contacto con médico tan pronto pueda si sus síntomas empeoran.

Pronóstico

Aunque los síntomas de la parálisis facial causan miedo, existe mucha probabilidad de que el nervio vuelva a funcionar bien nuevamente. El ochenta y cinco por ciento de las personas con parálisis facial se recupera por completo en pocas semanas. Los niños casi siempre se recuperar por completo.

El sentido del gusto regresa antes de la fuerza en los músculos de la cara. Si el sentido del gusto regresa dentro de los siete días posteriores a la aparición de los síntomas, es probable que lo recupere por completo. Es también muy probable que usted se recupere por completo si los músculos faciales no se paralizaron por completo durante el pico de la enfermedad.

Los factores asociados con un pronóstico no tan positivo de esta enfermedad incluyen un alto nivel de deterioro, más tiempo antes de que los síntomas mejoren, edad avanzada y dolor agudo en y alrededor de los ojos. El pronóstico del síndrome de Ramsay Hunt no es tan bueno como el pronóstico de la parálisis facial.

Dra. Aliza A. Lifshitz

Viernes 04 de Marzo 2011

Cuando la tristeza y el mal humor se prolongan por mucho tiempo pueden transformarse en depresión. Esto, en personas mayores de 60 años, puede ser un síntoma de algo más profundo: la enfermedad de Parkinson. En efecto, la depresión es un padecimiento asociado a esta enfermedad que muchas veces se presenta incluso antes de los signos visibles del Parkinson.

Raúl era un hombre divertido y alegre, además de aprovechar sus días libres con su mujer, una de las cosas que más le gustaban era incorporar a sus nietos en cada paseo o plan que hacía y jugar con ellos a cualquier cosa que se les ocurriera.

Cuando Raúl cumplió sus 60 años algo le pasó. Esos números tan redondos estallaron en su cabeza como bombas y de repente comenzó a sentirse "viejo", empezó a hacer cálculos y se preguntaba cuánto tiempo de vida le quedaría, la idea de la muerte comenzó a tomar fuerza en sus pensamientos y sentía que le quedaban pocos años para disfrutar con su familia y sus amigos. Por supuesto, eso fue hace mucho tiempo y todavía hoy sus nietos -- que ya están mayores -- van a visitarlo con frecuencia.

En aquel entonces, Raúl se deprimió mucho y su angustia y temor a la muerte no cesaban. Luego de un tiempo comenzaron a manifestarse otros síntomas que finalmente resultaron ser producto de la llamada enfermedad de Parkinson. La depresión es algo muy común en las personas que padecen esta enfermedad y generalmente se manifiesta como una señal previa a los signos que son visibles.

La enfermedad de Parkinson pertenece a un grupo de enfermedades llamadas trastornos del movimiento. Es un trastorno que afecta a las neuronas (a las células) que controlan los movimientos musculares mediante la producción de una sustancia química llamada dopamina, que es la encargada de enviar las señales que ayudan a coordinar los movimientos.

En los enfermos de Parkinson estas neuronas mueren o no funcionan correctamente. Por eso los síntomas de la enfermedad de Parkinson son básicamente 4:

  • Temblor: en las manos, los brazos, las piernas, la mandíbula y la cara.
  • Rigidez: en los brazos, las piernas y el tronco.
  • Lentitud: en los movimientos.
  • Inestabilidad corporal: problemas de equilibrio y coordinación.

Los síntomas y signos de la enfermedad de Parkinson no se producen de un día para otro sino que comienzan lenta y gradualmente. El signo más notorio es el de los temblores, pero no ocurre en todos los casos. Con el tiempo, pueden aparecer otros signos y síntomas asociados a esta enfermedad, que se presentan de manera diferente en cada persona. Entre ellos:

  • Dificultad para tragar y masticar.
  • Cambios en el habla.
  • Problemas urinarios o estreñimiento.
  • Problemas en la piel.
  • Problemas para dormir.
  • Calambres musculares.
  • Fatiga y pérdida de la energía.
  • Disfunción sexual.
  • Problemas con el pensamiento y la memoria, y en casos muy avanzados, demencia.

Este tipo de síntomas hacen que todo sea más costoso para quienes padecen la enfermedad de Parkinson, desde levantarse por las mañanas hasta conversar con un vecino, escribir un correo electrónico o leer el periódico. Por eso, es frecuente que tengan cambios de humor, cansancio, irritabilidad y depresión sin una razón aparente.

La depresión es un trastorno del estado de ánimo que afecta los pensamientos y las acciones de las personas. En el caso de quienes padecen la enfermedad de Parkinson, ésta puede presentarse antes y durante la enfermedad, pero puede ser tratada y controlada con terapia y medicamentos.

Por el contario, si la depresión dura por periodos prolongados en las personas que tienen Parkinson, puede potenciar otros síntomas relacionados, como son:

  • Trastornos del sueño
  • Incapacidad de encontrar placer en las cosas
  • Cambios en el apetito
  • Dificultad para concentrarse
  • Fatiga
  • Ansiedad
  • Cambios en el estado de ánimo
  • Autoestima baja
  • Pensamientos de muerte

Ocasionalmente, en algunas personas, como efecto secundario al tratamiento, pueden aparecer otros síntomas como alucinaciones, paranoia y creencias falsas. Cuando esto sucede, el médico y la familia podrán distinguir si es debido a la medicina o al avance de la enfermedad. Si es la medicina, al suspenderse, desaparecen estos síntomas.

Aún cuando los síntomas de la enfermedad no sean tantos ni tan avanzados, la dificultad en los movimientos y la coordinación pueden hacer difícil la convivencia el Parkinson, no sólo por parte de quien la padece sino también de los familiares y las personas que acompañan a los enfermos.

En este sentido, algunos estudios han demostrado que las personas cercanas a los pacientes que padecen de la enfermedad de Parkinson, como los hijos o los hermanos, tienen más posibilidades de desarrollar depresión o ansiedad.

Por eso, ya sea que tú padezcas de la enfermedad de Parkinson o vivas con un ser querido que tiene esta condición, nunca está de más asesorarte sobre cómo sobrellevar esta situación. La enfermedad de Parkinson es un padecimiento crónico, es decir que no tiene cura. Sin embargo, con un tratamiento adecuado es posible controlarlo para mantener una mejor calidad de vida

 


Madrid (4-03-11).- La administración de ibuprofeno dos o tres veces por semana podría reducir hasta un 38 por ciento el riesgo de Parkinson, según un estudio de la Escuela de Salud Pública de Harvard y el Hospital de Brigham y las Mujeres en Boston (Estados Unidos) que se publica en la revista Neurology.

Según explica Xiang Gao, director del estudio, los resultados muestran que el ibuprofeno podría proteger al cerebro de una forma en la que otros fármacos antiinflamatorios no esteroideos y analgésicos no lo hacen.

En el estudio los investigadores analizaron datos tomados de 98.892 enfermeras y 37.305 hombres profesionales de la salud. Los participantes informaron sobre su consumo de ibuprofeno y otros AINE. Tomar ibuprofeno dos o más veces a la semana se consideraba un uso regular. Tras seis años, 291 participantes fueron diagnosticados con enfermedad de Parkinson.

Los científicos descubrieron que las personas que tomaban ibuprofeno de forma regular tenían un 38 por ciento menos de riesgo de desarrollar enfermedad de Parkinson en comparación con aquellos que no tomaban el fármaco. Después de un análisis más grande que combinó otros estudios sobre el uso de ibuprofeno y AINE, los investigadores descubrieron que los consumidores de ibuprofeno tenían un 27 por ciento menos de riesgo de desarrollar la enfermedad en comparación con quienes no los tomaban.

Una posibilidad de por qué el ibuprofeno podría tener este efecto sobre la enfermedad de Parkinson es que se podría dirigir a ciertos receptores del cerebro, los proliferadores de peroxisoma y activarlos, concluye Gao.


Así lo demuestra un artículo publicado en 'Journal of Alzheimer's Disease', donde se analizan las diferentes características químicas del fármaco.

La simvastatina es la estatina comercial con las mejores características para prevenir la neurodegeneración, según un artículo publicado en Journal of Alzheimer's Disease, donde se relacionan las diferentes características químicas de las estatinas conocidas con su capacidad de neuroprotección.
El artículo presenta los resultados sobre la capacidad de neuroprotección de las estatinas que se encuentran actualmente en el mercado y que son usadas de manera habitual por pacientes con niveles altos de colesterol, mediante el análisis de varios parámetros de estudio relacionados con la neuroprotección.
Los resultados determinan que las estatinas derivadas de la monacolina J (estatinas naturales y semi-sintéticas, como por ejemplo la simvastatina y la lovastatina) son los mejores candidatos para la prevención de la neurodegeneración, debido a su alto potencial para atravesar la barrera hematoencefálica, la disminución de colesterol en neuronas, el alto perfil de bioseguridad y su protección frente a un daño de tipo Alzheimer.

 

Nuevos estudios añaden más evidencias al debate sobre si esta vitamina es eficaz para reducir el riesgo de pérdida de memoria.

La vitamina B12 podría proteger frente la enfermedad de Alzheimer, según un estudio del Instituto Karolinska de Estocolmo, Suecia, que se publica en la revista Neurology. El trabajo añade más evidencias al debate científico sobre si la vitamina es eficaz para reducir el riesgo de pérdida de memoria.
Según explica Babak Hooshmand, responsable del estudio, "nuestros descubrimientos muestran la necesidad de realizar más investigaciones sobre el papel de la vitamina B12 como un marcador para identificar a las personas que tienen un mayor riesgo de enfermedad de Alzheimer".
Hooshmand añade que los bajos niveles de vitamina B12 son comunes en la edad avanzada. Sin embargo, los pocos estudios que han investigado la utilidad de la vitamina B12 para reducir el riesgo de pérdidas de memoria han tenido resultados mezclados.
En su estudio de 7 años, los investigadores tomaron muestras sanguíneas de 271 finlandeses de entre 65 y 79 años que no tenían demencia al inicio del estudio. Durante este tiempo, 17 personas desarrollaron enfermedad de Alzheimer.
Las muestras sanguíneas fueron evaluadas en relación a los niveles de homocisteína, un aminoácido asociado con la vitamina B12 y sobre los niveles de la porción activa de la vitamina, llamada holotranscobalamina. Demasiada homocisteína en la sangre se ha vinculado a los efectos negativos en el cerebro, como el ictus. Sin embargo, los niveles elevados de vitamina B12 puede reducir la homocisteína.
El estudio descubrió que por cada aumento micromolar en la concentración de la homocisteína, el riesgo de Alzheimer aumentaba un 16%, mientras que cada aumento picomolar en la concentración de la forma activa de la vitamina B12 reducía el riesgo en un 2%. Los resultados continuaron siendo los mismos después de tener en cuenta otros factores como edad, género, educación, tabaquismo, presión sanguínea e índice de masa corporal. La incorporación de folatos no parecía elevar o reducir el riesgo de enfermedad de Alzheimer.
"Se necesita más investigación para confirmar estos descubrimientos antes de que la vitamina B12 deba ser utilizada en solitario como suplemento para ayudar a proteger la memoria", concluye Hooshmand.

¿Qué es?

El Síndrome del túnel del carpo es una alteración neurológica debida a la compresión del llamado nervio mediano a su paso por la muñeca camino de la mano. Este nervio nace o se origina en la médula espinal cervical y viaja por toda la extremidad superior para proporcionar fuerza y sensibilidad a los músculos del antebrazo y los dedos de la mano. Es un problema de salud muy frecuente que afecta entre una y cinco personas de cada mil.

¿Cuáles son sus causas?

En la mayoría de las ocasiones no se conoce la causa y decimos que es de origen idiopático. Otras veces, en cambio, sabemos que es causado por diversos estados, enfermedades sistémicas y procesos locales, entre los que destacan por su frecuencia el embarazo, la diabetes mellitus, la artritis reumatoide, el hipotiroidismo, la obesidad y los traumatismos.

Esta enfermedad tiene mayor incidencia en mujeres entre los 30 y los 60 años y en trabajadores manuales como carniceros, músicos, etc.

¿Cómo y por qué se produce este síndrome?

La muñeca está formada por distintos huesos y ligamentos sobre los que pasan los tendones de los músculos del antebrazo para insertarse en distintas estructuras de la mano. Esto determina que, en condiciones normales, el llamado canal o túnel del carpo sea una estructura ciertamente estrecha por la que pasan los tendones de una forma un tanto ajustada.

La enfermedad puede aparecer cuando disminuye la capacidad de dicho túnel del carpo por lesión o inflamación de los tejidos que lo rodean, o bien cuando se produce un aumento del volumen de su contenido, como en los casos de inflamación de los tendones que lo atraviesan. Es característica la compresión del nervio mediano por el llamado ligamento anular del carpo, sobre el que a menudo habrá que actuar como veremos más adelante.

¿Cómo se manifiesta esta enfermedad?

Los síntomas que caracterizan a esta enfermedad son el dolor y el adormecimiento (parestesias) de las zonas que precisamente inerva o por las que se distribuye el nervio mediano, es decir, la palma de la mano y el dorso de las falanges de los tres primeros dedos y, curiosamente, de la mitad externa del cuarto dedo, aunque muchas personas tienen los síntomas en toda la mano.

La persona que padece este síndrome nota los síntomas con más intensidad por la noche, cuando se acuesta, lo que le obliga a menudo a agitar la mano o a dejarla que cuelgue de la cama para aliviar el dolor. Otras veces, el dolor y el adormecimiento dificultan el sueño y por la mañana al levantarse se tiene la sensación de que se ha inflamado toda la mano.

El dolor puede ser quemante o sentirlo como una quemazón en la mano, y puede extenderse hacia el antebrazo y el brazo. En casi la mitad de los casos están afectadas las dos manos. En fases avanzadas, la lesión del nervio produce atrofia y debilidad de los músculos de la llamada eminencia tenar, es decir, los músculos que se encuentran en la raíz del dedo pulgar y que producen ese resalte muscular tan característico de la mano.

¿Cómo se diagnostica este problema?

El diagnóstico es fundamentalmente clínico, es decir, el médico sospechará que el paciente padece este problema tras conocer los síntomas y tras realizar una pequeña exploración física en la que intentará reproducir el dolor y el adormecimiento de los dedos de la mano con dos maniobras:

Los signos de Tinel

Prueba que consiste en golpear con sus dedos en la muñeca del enfermo reproduciendo el dolor y las parestesias en la punta de los dedos del enfermo.

Los signos de Phalen

Consiste en flexionar la muñeca de forma mantenida durante un minuto con lo que también se pueden reproducir los síntomas.

Una prueba fundamental para el diagnóstico de esta enfermedad es la llamada electromiografía (EMG) que consiste en el examen de la conducción sensitiva y motora del nervio mediano mediante la implantación de unas agujas en el trayecto del nervio y cuyo resultado será anómalo si el nervio está lesionado o dañado de alguna forma.

En caso de duda diagnóstica también se han empleado la radiografía, la ecografía y la tomografía axial computerizada (TAC) de la muñeca y los análisis de sangre, como pruebas complementarias.

¿Con qué otras enfermedades se puede confundir este síndrome?

Aunque a menudo el diagnóstico de esta enfermedad es relativamente sencillo, en ocasiones el médico tendrá que establecer el llamado diagnóstico diferencial con otras enfermedades, como otras alteraciones neurológicas por atrapamiento de los nervios, alteraciones de las raíces nerviosas cervicales, algunas alteraciones cerebrales por déficit de riego sanguíneo transitorio o incluso con el llamado síndrome de sobreuso, que afecta a trabajadores manuales.

¿Cómo se trata habitualmente esta enfermedad?

En caso de síntomas de intermitentes, o leves, a moderados, el tratamiento inicial es siempre conservador:

  • Evitar las actividades que desencadenen o aumenten los síntomas.

  • Tratar la enfermedad de base cuando exista (diabetes, hipotiroidismo, fracturas, etc.).

  • Utilizar férulas de inmovilización para la muñeca, en posición neutra.

  • Tomar algunos medicamentos como los antiinflamatorios no esteroideos o los diuréticos han demostrado cierta utilidad.

  • Realizar infiltraciones con esteroides y anestésicos en la muñeca.

En caso de síntomas más graves o si el tratamiento médico inicial fracasa, hay que recurrir a la cirugía mediante la liberación quirúrgica del nervio mediano seccionando el ligamento anular que lo recubre, lo que a menudo proporciona alivio permanente. Los resultados son muy buenos si el cirujano tiene experiencia en este tipo de intervenciones.


¿Qué es una parálisis facial?

La parálisis facial es una lesión del nervio facial. El nervio facial es un nervio mixto y doble de la cara, que se encarga de cuatro tipos de funciones:

  • Movilidad de los músculos de un lado de la cara: del lado derecho o del lado izquierdo. Controla también un músculo muy pequeñito del oído, que se encarga de amortiguar los ruidos muy fuertes; y dos músculos del cuello.

  • Recoge la sensibilidad de lo que es el conducto del oído.

  • Controla las lágrimas y la saliva.

  • Se encarga del gusto, en la parte anterior de la lengua.

¿Cuáles son los síntomas de la parálisis facial?

  • Ausencia de la movilidad voluntaria de los músculos de una mitad de la cara, del lado derecho o del lado izquierdo, observándose esa mitad de la cara fláccida, sin arrugas ni surcos.

  • No se puede cerrar el ojo.

  • Se desvía la boca hacia el lado y hacia abajo de la mitad de la cara afectada.

  • Dolor en el oído cuando se produce un ruido fuerte. También puede doler el oído, cuando la causa es un virus.

  • Ausencia de sensibilidad del conducto del oído de ese lado.

  • Ausencia de lágrimas.

  • Ausencia de saliva en la mitad de la boca afectada.

  • Ausencia de gusto en la parte anterior de la lengua, en la mitad de la cara que está paralizada.

Los síntomas, a veces, no se presentan con la misma intensidad, ya que la parte de la frente, por ejemplo, suele tener fibras nerviosas que provienen del nervio facial sano de la otra mitad del rostro, y suplen en parte la función del lado de la parálisis; asimismo, la parte de abajo puede tener fibras cruzadas entre uno y otro lado de la cara. Además, los síntomas dependen de la mayor o menor extensión del nervio que se halle afectada, ya que dependiendo de ello algunos síntomas no aparecerán.

Si el causante de la parálisis facial ha sido el virus herpes zóster, suelen producirse también sordera y vértigos (síndrome de Ramsay-Hunt).



 

¿Por qué se produce la parálisis facial?

La parálisis facial periférica puede producirse por muy variadas razones. El cuadro más frecuente es la parálisis facial de causa desconocida, que afecta al 40% de todos los casos de parálisis facial. Se conoce en medicina como parálisis facial a frigore, o parálisis de Bell. Le sigue en importancia la parálisis facial traumática, con un 25% de los casos. Después, le siguen en orden de mayor a menor número de presentaciones, los tumores, el virus herpes zoster, las infecciones agudas y crónicas del oído y, en menor medida, ciertas enfermedades del organismo que afectan de forma secundaria al nervio facial.

Parálisis facial sin causa conocida, parálisis facial a frigore o parálisis de Bell

Todos estos nombres significan lo mismo: que existe una parálisis del nervio facial de la que no se sabe cómo se ha producido. Se dan dos explicaciones:

  • Una lesión por la mala circulación de la sangre al nervio facial

  • Una infección directa del nervio facial producida por virus.

Aparece de una forma brusca, de pronto, en cuestión de horas. La mayoría de las veces, sin que pueda asociarse a ningún otro padecimiento. Su evolución es benigna, recuperándose completamente en el 80% de los casos. El periodo de recuperación oscila entre uno y seis meses.

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Parálisis facial traumática

Se produce la parálisis facial por traumatismos externos, sobre todo en accidentes de tráfico con afectación de la cabeza. También puede producirse durante el parto, en las operaciones del cerebro, oído, de la glándula parótida (que es donde se produce las paperas en los niños) y por heridas de arma blanca en esta zona.

¿Cómo se hace el diagnóstico por parte del médico?

El médico explora la movilidad voluntaria de los músculos de la cara, mediante un método que parece bastante divertido, ya que es necesario realizar movimientos de mímica. La forma que emplea es el método de May, y es así:

  • Se palpa el tono que tienen los músculos de la cara.

  • Se le dice al paciente que arrugue la frente.

  • Que cierre los ojos

  • Que parpadee

  • Que arrugue la nariz

  • Que enseñe los dientes

  • Que silbe

  • Que llene de aire las mejillas

  • Que saque hacia fuera y hacia abajo el labio inferior

  • Que tense los músculos del cuello.

Se mide la cantidad de lágrimas que producen ambos ojos y se compara la cantidad de ambos. Para ello, se aloja sobre el párpado una tirita de papel de filtro, que absorberá la humedad. El ojo afectado por la parálisis facial no tendrá lágrimas. (Prueba de lagrimación de Schirmer).

Se puede hacer una prueba de oído, para saber si el músculo del oído que protege de los ruidos fuertes está afectado. Para ello, se pone en el conducto del oído un auricular que medirá su funcionamiento automáticamente. El oído afectado no responderá (reflejo estapedial).

Se puede estudiar el gusto de la parte anterior de la lengua, estimulando con una pequeñísima cantidad de electricidad los bordes laterales de la lengua, lo que produce un sabor metálico. En personas sanas, esto se produce cuando se alcanza una intensidad de corriente de 30 microamperios, mientras que en la parálisis facial se necesita una intensidad mayor, de 100 microamperios, para que ocurra el estímulo gustativo transmitido por el nervio (electrogeusiometría).

Se puede medir la cantidad de saliva de cada lado de la boca, poniendo una pequeña sonda en los conductos de las glándulas salivales. En el lado de la parálisis facial se produce menos cantidad de saliva (prueba de salivación).

Y quizás, las pruebas más interesantes sean las encaminadas a conocer la evolución y el pronóstico de la parálisis facial. Por un lado, la electroneurografía, que consiste en la aplicación de pequeños estímulos eléctricos, comprobando cómo se contraen los músculos. Hay una relación directa entre la cantidad de fibras nerviosas que funcionan y la respuesta en la contracción del músculo. Esta prueba puede realizarse a partir del tercer día de aparecer la parálisis facial, y nos informa sobre el pronóstico. Por otro lado, está la electromiografía, que mide cómo funciona el músculo en estado de reposo y cuando está contraído. Esta prueba puede realizarse a partir de la tercera semana de la aparición de la parálisis facial, y nos informa acerca de la regeneración nerviosa.

El médico puede realizar un estudio radiológico de imagen de cerebro, mediante un TAC (Tomografía axial computarizada) o estudio de RMN (Resonancia magnética nuclear), para descartar cualquier otra causa.

¿Cuál es el tratamiento de la parálisis facial?

El tratamiento de la parálisis de Bell debe instaurarse inmediatamente tras su aparición, para así conseguir los mejores resultados en su recuperación.

Se administran corticoides lo antes posible, para así evitar que el nervio siga deteriorándose. La pauta de administración viene impuesta por el médico, y es muy importante su seguimiento estricto, tanto para mejorar la parálisis facial, como para evitar efectos secundarios de la propia medicación. A esto puede añadirse un tratamiento contra los virus y un tratamiento con vitamina B para reforzar la recuperación nerviosa.

Junto con esta medicación general, es muy importante el tratamiento local que ha de realizarse para preservar el ojo afectado. En el ojo de la mitad de la cara que está paralizada existe una falta de cierre del párpado y una falta de lágrimas. Ambas cosas hacen que el ojo se pueda desecar, con lo que podrían formarse ulceraciones e infecciones, con un alto peligro de lesión grave o incluso, de pérdida de ese ojo. Para evitar esto, deben administrarse lágrimas artificiales durante el día, y durante la noche, puede taparse el ojo para evitar que se deseque.

También como tratamiento local es útil la realización de masajes en los músculos de la cara, para evitar que se atrofie la musculatura.

Para aquellos casos que tuvieran una causa conocida, existen tratamientos quirúrgicos específicos y muy apropiados para eliminarla.

Evolución y pronóstico

La evolución de la parálisis de Bell suele ser muy buena, llegando a una completa curación de la misma en casi todos los casos.

En aquellos contados casos en los que la parálisis facial no se recuperase nada en absoluto, existen tratamientos como el injerto de nervios y la utilización de músculos y nervios sanos próximos, para mejorar la funcionalidad de los músculos afectados, así como otros tratamientos para mejorar la estética. Dentro de todos estos tratamientos, están los encaminados a conseguir la disminución de la abertura del párpado, para preservar el ojo afectado en condiciones óptimas.

¿Se puede prevenir la parálisis facial?

En la parálisis de Bell, debido al desconocimiento de su causa, hoy por hoy, estamos incapacitados para su prevención. En cambio, en el segundo tipo de parálisis facial, la traumática, por su número de presentaciones, sobre todo las provocadas por accidentes de tráfico con motocicletas y durante la práctica deportiva, es posible su prevención protegiendo adecuadamente la cabeza.


Los Alimentos

Hay alimentos que tienen un efecto inflamatorio y otros por el contrario son antiinflamatorios. Los alimentos actúan a través de un sistema de nuestro cuerpo denominado prostaglandinas. Existen prostaglandinas inflamatorias e antiinflamatorias.

¿Cuáles son los alimentos que se deben evitar?

* Lácteos en general, sobre todo los quesos duros y fermentados, cuanto más fuertes más pueden aumentar los dolores.
* El chocolate, el café negro, los edulcorantes químicos, fundamentalmente en base a aspartamo.
* La salsa de soja que no sea natural.
* La comida china, sobre todo la de los tenedores libres que pululan actualmente. Los orientales utilizan mucho el glutamato monosódico o ají nomoto. Este es un resaltador de sabor que dilata las papilas gustativas, incrementando los sabores y los dolores de cabeza.
* La mayoría de los alimentos envasados o enlatados, contienen este resaltador.
* Evitar todos los productos lihgt por tener aspartamo.
* Las harinas, sobre todo las blancas refinadas son inflamatorias.
* Hay personas que no toleran el gluten, por lo cual cualquier harina tanto sea blanca como integral, les produce o incrementa la jaqueca. La harina de trigo es el cereal que más gluten tiene.
* Los otros cereales con gluten son la avena, el centeno y la cebada. Esta intolerancia no debe confundirse con la celiaquía.
* También hay personas a las que las nueces les producen dolor de cabeza.
* Un vaso de buen vino no afecta, pero sí el exceso o los licores convencionales en base a alcohol común. No producen lo mismo los artesanales con alcohol de cereales.
* Evitar el azúcar blanco.


Dieta contra el dolor de cabeza

* Comer frutas y verduras crudas.
* Tomar jugo de limón exprimido diluido en agua tibia. Beber lentamente y con un sorbete.
* En caso de comer cereales, sólo integrales.
* Endulzar con miel o azúcar integral.
* La alimentación debe ser lo más depuradora y sencilla posible. Es muy importante no recargar el hígado.
* Las almendras son analgésicas. Contienen ácido salicílico. Comer un puñado. Masticarlas e insalivarlas bien.
* Hacer baños de pies con agua bien caliente. Luego masajear los pies con aceite esencial de lavanda.
* Tomar dos tazas de una infusión de jengibre combinada con 1 cucharada de corteza de sauce y ½ cucharadita de anís.
* A partir de la corteza de sauce los laboratorios comenzaron a sintetizar la aspirina. Esta corteza contiene ácido salicílico.
* El jengibre es energético, antinauseoso y antimelancólico.
* Otro excelente fitoterápico es la Tintura Madre de Migranella. Consultar la cantidad sugerida con el profesional competente.
* Utilizar un hornillo con aceite esencial de menta y albahaca.

Creo que bien vale la pena intentar modificar ciertos hábitos cuando uno padece esta sintomatología. Dejar de padecer dolor aumenta nuestra energía, cambia el estado de ánimo y por sobre todo nos hace sentirnos más felices.


La Migraña

La migraña es un dolor que afecta a la mitad de la cabeza y se repite por periodos de tiempo. Se produce debido a que se inflaman las arterias y vasos sanguíneos craneales.
La migraña aparece en forma de un ataque, suele ir acompañada de náuseas y vómitos, sensibilidad al sonido y a la luz, síntomas visuales o 'aura', sensitivos y motores, que duran alrededor de 30 minutos.

La migraña o jaqueca no tiene cura, pero existen medicamentos para controlar sus síntomas y disminuir el dolor, los cuales pueden combinarse con medicinas alternativas y con algunos cambios en el estilo de vida

Recomendaciones nutricionales para personas que padecen de migraña:

* Mantenga horarios de comida ordenados y evite pasar mas de 3 horas sin comer. Esto ayuda a mantener estables los niveles de glucosa en sangre y evita las disminuciones drásticas de ¨azúcar¨ para el cerebro, con los consecuente mareo, cansancio y dolor de cabeza.
* Evite consumir dulces en exceso. Muchos alimentos dulces como chocolates, confites, jaleas, mieles, jarabe de maíz, postres y conservas están relacionadas con la aparición de los síntomas de la migraña. Evitarlos puede ayudarle no sólo con estos dolores de cabeza, sino también con su peso.
* Aléjese de las bebidas alcohólicas. Además de su efecto hipoglicemiante, es decir, que pueden producir disminuciones importantes del azúcar en sangre, el alcohol que contienen favorece la aparición de síntomas de migraña. No consuma vinos, cerveza, vodka, whiskey, ni ninguna otra bebida de este tipo

 

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