March 2010 Archives

El  azúcar granulada (de mesa) y la miel han sido utilizadas desde antes de la era cristiana para la cicatrización de heridas en humanos.

Actualmente son usadas en todo el mundo para tratar heridas contaminadas y lentamente están empezando a tener aceptación en medicina veterinaria. A pesar de los excelentes resultados obtenidos, el mecanismo de acción de ambas sustancias recién fue dilucidado en el siglo XX.
 

La "Actividad del agua" (Aw) es la concentración mínima de agua requerida en el ambiente de un microorganismo para que este se reproduzca. El azúcar crea un medio con bajo contenido de agua (alta osmolaridad) ya que se genera migración de agua y linfa fuera del tejido, hacia la solución de azúcar,  inhibiendo el crecimiento bacteriano por disminución en la Aw del sustrato. La linfa a su vez provee nutrientes al tejido.

El azúcar además atrae macrófagos, que participan en la "limpieza de la herida", acelera el desprendimiento de tejido desvitalizado, necrótico y/o gangrenoso, provee una fuente de energía local y forma una capa proteica protectora en la herida. Tiene también propiedades deodorizantes ya que las bacterias usan glucosa en vez de aminoácidos para su metabolismo, produciendo ácido láctico en lugar de sustancias malolientes (amonio, aminas y compuestos azufrados)
 

Además de las propiedades antes mencionadas la miel contiene un Factor antibacteriano debido a su alto contenido en Peróxido de Hidrógeno y altos niveles de antioxidantes que protegen al tejido de radicales libres. Se han descrito  también propiedades antiinflamatorias reduciendo el edema, exudado y el dolor local.

Por otro lado la acidez de la miel (debajo de pH 4) favorece la acción antibacteriana de los macrófagos, ya que un pH ácido dentro de la vacuola se relaciona con lisis bacteriana. A su vez se reduce la formación de amonio tóxico; es así que la acidificación favorece la cicatrización.


Las ventajas del uso del azúcar y la miel son:

o       Rápida acción antibacteriana

o       Promueven la formación de tejido y epitelialización, lo que ha sido demostrado histológicamente

o       Aceleran la cicatrización de la herida

o       Accesible y barato

o       Evita el uso de antibiótico sistémico a menos que exista bacteriemia, en 2 a 4 días las heridas generalmente están limpias (5 a 7 días en las severamente infectadas).

o       No hay reacciones adversas

 

Pueden ser usadas en:

o       Heridas infectadas, heridas post quirúrgicas.

o       Ulceras por decúbito

o       Auto mutilación

o       Quemaduras

o       Cualquier proceso dermatológico que requiera tejido de granulación

§       Heridas traumáticas

§       Heridas diabéticas

o       Peritonitis y lesiones en cavidades
 

En este artículo se describe el uso del azúcar en el tratamiento de una herida contaminada en la parte externa del  pabellón auricular de un felino macho, doméstico pelo corto, entero, de año y medio de edad con 5 kilos de peso vivo. Se desconoce el origen de la lesión pero se sospecha que fue producida durante una pelea callejera. Fig. 1

       

Se  siguieron las indicaciones dadas por Mathews y Binnington:

1.      Debridar los bordes de la herida retirando  el tejido necrótico.

2.      Realizar un lavado profuso de la herida con agua a temperatura ambiente, no siendo necesario el uso de solución salina fisiológica.

3.      Aplicar una capa gruesa (aprox. 1 cm de espesor) de azúcar granulada.

4.      Una vez que el azúcar se humedece y/o desaparece totalmente, volver a lavar la herida y  aplicar azúcar nuevamente; inicialmente este procedimiento se realizó aproximadamente cada 2 ó 3 horas. Una vez que se forma el tejido de granulación este procedimiento puede ser mas espaciado.

 

La duración total del tratamiento depende de cada herida, y de la reacción individual. Una vez formado el tejido de granulación y  controlada la infección el tratamiento puede ser suspendido para pasar al uso de una solución local (antibiótica). En caso de heridas de gran extensión, puede ser necesario utilizar vendajes que deben ser cambiados una vez que el azúcar desaparezca de la herida. 

 

CONCLUSIÓN
 

El azúcar y la miel son una excelente alternativa para el tratamiento de heridas infectadas o no. Los resultados son rápidos y el bajo costo asociado a la facilidad de uso son sus principales ventajas

                                        MASTITIS

Definición: Se trata de inflamación de la glándula mamaria. Con frecuencia se presenta en mujeres que amamantan, sobre todo durante las primeras semanas. En general no es una alteración grave y se cura en pocos días.

Habitualmente no es una enfermedad grave, pero no debe ignorarse. Normalmente queda confinada en el pecho y rara vez se extiende a otras partes del cuerpo, sobre todo si se trata a tiempo. Algunos médicos aconsejan a la mujer que durante unos días no amamante al bebé para ver si así se cura. En este caso, puede usar un extractor, o sus propias manos, para sacar la leche y evitar que el pecho se congestione. En caso de que el bebé ingiriera alguna bacteria con la leche, ésta será eliminada por los jugos gástricos del niño, sin que llegue a causarle daño.

Causas: La mastitis se presenta como resultado de una infección bacteria que invade los conductos de la leche o alguna otra estructura de la mama. La bacteria que más frecuentemente causa este problema es el Staphylococcus aureus que entra por las delgadas grietas o fisuras que hay en el pezón o a su alrededor. Como estas grietas son comunes en las primeras semanas de lactancia, las mujeres que acaban de tener un niño son especialmente vulnerables a la mastitis.

Signos y síntomas: Las principales manifestaciones son:

  • Hinchazón
  • Ulceración de la mama, sobre todo cerca del pezón
  • Enrojecimiento de la piel
  • Formación de una zona dura que puede estar caliente al tacto
  • Secreción amarilla, no pus, que sale del pezón
  • Fiebre, que puede llegar a los 39° C
  • Cansancio
  • Malestar general

Diagnóstico: Consulte con su médico si tiene más de 39 grados de temperatura. También debería hacerlo si el pecho se torna rojo, hinchado y dolorido o si secreta un líquido amarillo-verdoso, espeso o teñido de sangre. El médico le examinará el pecho y efectuará un análisis de sangre de rutina para comprobar si el número de glóbulos blancos es elevado, un signo de infección. Según las circunstancias, extraerá un poco de pus o de líquido para hacer un examen microscópico. Si además de la infección, aparece algún otro síntoma puede aconsejar una mamografía y una biopsia.

Tratamiento:

  • Evite que el pezón se agriete o se inflame. Si tiene grietas, protéjalo bien al amamantar hasta que la lesión haya sanado
  • Lávese bien las manos con jabón y agua antes de dar de mamar
  • También lávese el pecho con agua tibia y séquelo con cuidado antes y después de amamantar

 

 

 

 

¿Qué es?

La parotiditis (paperas) es una infección vírica contagiosa que causa un agrandamiento doloroso de las glándulas salivales. La infección puede también afectar a otros órganos, especialmente en los adultos.

Es una enfermedad viral producida por el paramixovirus. Este virus inicialmente penetra y se multiplica en las células del aparato respiratorio para luego ser transportado por la sangre hacia todos los tejidos, teniendo predilección por las glándulas salivales, siendo una de ellas la parótida, por esto se le puede aislar en saliva. También se le puede aislar en orina o en cualquier otro tejido. El contagio de la enfermedad puede ser por contacto directo, por objetos contaminados con saliva u orina. Puede presentarse a cualquier edad siendo más frecuente en adultos jóvenes.

 

Causas

La parotiditis es menos contagiosa que la varicela o el sarampión. En áreas muy pobladas pueden darse casos durante todo el año, pero es más frecuente hacia el final del invierno y el comienzo de la primavera. Pueden producirse epidemias cuando varias personas propensas viven juntas. Aunque la enfermedad puede ocurrir a cualquier edad, la mayoría de los casos afecta a niños entre 5 y 15 años de edad. La enfermedad no es frecuente en menores de 2 años. Una infección por el virus de la parotiditis habitualmente proporciona inmunidad de por vida.

 

Síntomas

Inicialmente aparece dolor y endurecimiento en la zona correspondiente a la glándula parótida (entre el lóbulo de la oreja y la mandíbula), generalmente debido a la inflamación de la zona. Característicamente el lóbulo de la oreja suele elevarse. La zona afectada tiende a ser dolorosa a la palpación e incluso con la administración de ácidos (limón, vinagre, etc...).

Tras el contagio, el aumento del tamaño de la glándula alcanza su máximo volumen a los 2 - 3 días. Generalmente primero se inflama un lado y en el transcurso de 2 días el otro lado; aunque puede sólo ser en un solo lado. Suele además asociarse a fiebre generalmente menor de 40º. El periodo en que suelen aparecer los síntomas es aproximadamente 3 - 7 días aunque esto es muy variable de una persona a otra.

Las complicaciones aunque muy infrecuentes se pueden presentar, y estas incluyen:

  • Meningoencefalitis o inflamación de las meninges y el encéfalo.
  • Orquitis, epididimitis o inflamación del testículo.
  • Ooforitis: Inflamación del ovario.
  • Nefritis: Inflamación del riñón.
  • Miocarditis: Inflamación del músculo cardiaco.
  • Artritis: Inflamación de las articulaciones.

 

Prevención

El mejor tratamiento es la prevención mediante las vacunas, cuya primera dosis se administra a los 15 meses y el refuerzo a los 6 años. En general esta vacuna no suele producir fiebre ni otras complicaciones. La vacuna induce defensas contra el virus en alrededor del 96% de las personas en quienes no ha habido un contacto previo con el virus.

Se debe tener especial cuidado con los adolescentes varones que están cursando con esta infección por el riesgo de desarrollo de orquitis y epididimitis. Esta complicación suele seguir a los síntomas de la parotiditis en un periodo de 8 días, con un comienzo brusco de fiebre, nauseas, dolor abdominal y testicular; su duración aproximada es de 4 días. Esta complicación puede asociarse con una disminución en la fertilidad.

Sin embargo, en las mujeres la inflamación de los ovarios no produce disminución de la fertilidad femenina. Posterior al desarrollo de la infección, se crea una inmunidad o resistencia a la infección por este virus durante toda la vida.

 

Diagnósticos

Básicamente el diagnóstico se establece mediante los síntomas y signos que son característicos. El médico piensa en una protiditis cuando una persona tiene las glásdulas salivales inflamadas. El diagnóstico es muy probable si esto sucede durante una epidemia de esta enfermedad. En otros momentos es posible que se necesite realizar algún análisis para descartar otras causas posibles. Los análisis de laboratorio pueden identificar el virus de la parotiditis y sus anticuerpos, pero rara vez son necesrios para llegar al diagnóstico. <!-- /* Style Definitions */ p.MsoNormal, li.MsoNormal, div.MsoNormal {mso-style-parent:""; margin:0cm; margin-bottom:.0001pt; mso-pagination:widow-orphan; font-size:12.0pt; font-family:"Times New Roman"; mso-fareast-font-family:"Times New Roman";} @page Section1 {size:612.0pt 792.0pt; margin:70.85pt 3.0cm 70.85pt 3.0cm; mso-header-margin:36.0pt; mso-footer-margin:36.0pt; mso-paper-source:0;} div.Section1 {page:Section1;} -->

 

 

Tratamientos

En la mayoría de los casos esta enfermedad se autolimita y su tratamiento sólo consiste en mejorara los síntomas que se vayan presentando, básicamente mediante antitérmicos y antinflamatorios. El reposo en cama se deberá hacer según la necesidad. Con esta medida no hay datos estadísticos que demuestren una disminución en la tasa de complicaciones y por el contrario si puede resultar incómodo para el enfermo, por ello lo mejor es hacer reposo cuando se desee. La dieta es otro factor muy importante a tener en cuenta. Ésta debe ajustarse a la capacidad para comer sin tener dificultad. Si la ingesta es posible, no hay contraindicación para limitar la alimentación.

¿Qué es un hidrocele?

El hidrocele es una acumulación de líquido en el interior de una bolsa que rodea al testículo y que forma la llamada "túnica vaginal". Este problema es de naturaleza completamente benigna.

¿Cómo se desarrolla un hidrocele?

Durante los últimos meses de gestación, los testículos migran desde el lugar de su formación en el interior del abdomen a su localización definitiva en la bolsa escrotal. En este camino arrastran una capa de peritoneo (capa que recubre la cavidad abdominal) que formará la "túnica o proceso vaginal" del testículo. Existen dos tipos de hidrocele:

Comunicante

En la que persiste una comunicación entre la cavidad peritoneal y la "túnica vaginal", y que afecta con más frecuencia a niños. La mayoría cierra espontáneamente durante el primer año de vida, aunque si el hidrocele es grande puede asociar una hernia de contenido intestinal

 

No comunicante

Que afecta fundamentalmente a varones de más de 40 años y tiene larga evolución. De origen desconocido en la mayoría de los casos, puede ser en ocasiones causado por traumatismos, infecciones o tumores del testículo.

¿Es peligroso el hidrocele?

Los niños con hidrocele habitualmente presentan un bulto en el escroto que es pequeño y compresible por las mañanas (tras permanecer tumbado durante el sueño), pero que a lo largo del día se vuelve más grande y tenso. Esto indica que existe una pequeña comunicación entre la cavidad peritoneal y la "túnica vaginal". Los niños rara vez experimentan alguna molestia por el hidrocele.

El hidrocele habitualmente no produce síntomas, aunque en ocasiones puede producir una sensación de pesadez o causar molestias por su tamaño.

¿Qué hacer si sospecha que tiene un hidrocele?

Si nota algo extraño sobre la forma o tamaño del escroto, póngase en contacto con su médico inmediatamente. El médico puede diagnosticar generalmente el problema, poniendo una luz bajo el escroto que ilumina la bolsa que contiene el líquido. El hidrocele, a diferencia de una masa sólida del testículo, se ilumina al poner una luz bajo el escroto. Si tiene alguna duda, una exploración por ultrasonidos confirmará el diagnóstico.


 

¿Cómo se trata el hidrocele?

En los niños

Se produce en muchas ocasiones el cierre espontáneo de la comunicación y, por tanto, la desaparición del hidrocele a lo largo del primer año de vida. Por ello, la operación debe posponerse hasta haber transcurrido esta fecha, excepto en aquellos casos en los que exista una hernia asociada. El procedimiento consiste en cerrar la comunicación existente a través de una pequeña incisión en la ingle.

En los adultos

El tratamiento se indica en aquellos casos en los que existe dolor o alteración estética, y consiste en una sencilla intervención en la que se evacúa el contenido y se realiza una extirpación de la "túnica vaginal". El tratamiento mediante vaciado intermitente o vaciado con la introducción de un agente esclerosante ofrece unos pobres resultados.
¿Qué es el varicocele?

Consiste en un aumento del volumen del escroto producido por una dilatación de las venas que recogen el riego sanguíneo de los testículos. Es un problema muy común, pues afecta al 10-15% de los varones jóvenes, y en el 90% de los casos se presenta en el lado izquierdo, debido a la disposición de las venas en ese lado.

¿Cómo se desarrolla el varicocele?

Hay varias hipótesis, pero parece que la disposición anatómica del sistema venoso (sobre todo en el lado izquierdo) y un mal funcionamiento o ausencia de las válvulas que poseen las venas para evitar el reflujo de sangre, asociados al efecto de la gravedad, conduce al cúmulo de la misma en el interior de las venas y a su dilatación progresiva.

¿Qué síntomas produce?

A veces lo nota el propio paciente (si es de gran tamaño), pero en muchas ocasiones se descubre por casualidad durante un reconocimiento rutinario. Si el varicocele se hace demasiado grande, el paciente puede notar una pesadez o dolor en el lado correspondiente del escroto.

¿Cómo se diagnostica un varicocele?

La simple inspección del paciente estando en pie permite su detección, pues en posición de tumbado puede desaparecer. Si existen dudas, se le hace aumentar la presión abdominal (por ejemplo, toser) para que resulte más evidente. El testículo de ese lado puede estar algo disminuido de tamaño y tener menor consistencia respecto del contralateral.

La ecografía Doppler puede confirmar el diagnóstico. Hoy en día, otros métodos más invasivos no son precisos por este motivo.

¿Existe una relación entre el varicocele y fertilidad reducida?

El varicocele puede estar relacionado con la fertilidad reducida en los hombres. Si tiene dificultades en fecundar a su pareja y un reconocimiento revela que tiene alteraciones del esperma, así como un varicocele, en algunos casos una operación puede aumentar la fertilidad.



¿Qué es la mastopatía fibroquística?
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Es raro encontrar una mujer mayor de 35 años a quien no le hayan dicho, en un examen físico mamario, ecográfico o mamográfico, que tiene quistes en la mama o que su mama es mastopática.

Es el trastorno benigno de la mama más frecuente y consiste en un aumento del tejido mamario, especialmente en las zonas superiores y externas de las mamas, hacia las axilas, que las hace más densas.

La mastopatía fibroquística suele presentarse en ambas mamas, aunque puede ser de diferente intensidad en una que en otra.

Puede presentarse a cualquier edad después del inicio de la menstruación, pero es más probable que aparezca entre los 30 años y la menopausia. Raramente se presenta más tarde de esa edad.

El origen de este trastorno es funcional y responde a desequilibrios de las hormonas sexuales femeninas y puede condicionar la aparición de quistes mamarios.


¿Cuándo sospechar que tengo una mastopatía fibroquística?

Cuando notas zonas nodulares más duras e irregulares en tus mamas que pueden doler, sobre todo, los días anteriores a la menstruación: "como si tuviera bultitos". En ocasiones notas verdaderos bultos que son quistes, con líquido en su interior que pueden producir dolor y pinchazos, redondeados y móviles y que se desplazan con facilidad. Su tamaño y consistencia es variable. Los más grandes suelen ser blandos y fluctúan, los de menor tamaño suelen ser algo más duros.

Es muy típico que los síntomas varíen en respuesta a los cambios hormonales y que se acentúen los días previos a la regla.

El objetivo principal del tratamiento es aliviar el dolor y/o reducir o eliminar los quistes.


¿Cómo puedo confirmar que tengo una mastopatía fibroquística?

Normalmente el diagnóstico surge tras un examen rutinario realizado por tu médico que a la exploración palpa la presencia de nódulos o quistes que pueden estar acompañados o no de dolor.

Si no tuvieras una mamografía reciente, la indicación de que te la realices será necesaria para confirmar el diagnóstico clínico. En la mayoría de las ocasiones la ecografía mamaria y la punción de los quistes para aspirar su contenido serán de gran ayuda para confirmar la naturaleza benigna de los quistes.


¿Cómo se trata la mastopatía fibroquística?

El objetivo principal del tratamiento es aliviar el dolor y/o reducir los quistes pero, el tratamiento, con fármacos hormonales y análgésicos, deberá ser individualizado y, en ocasiones, tendrán que realizarse punciones para aspirar el contenido de los quistes y así reducirlos de tamaño.




 

¿Qué es ginecomastia?

Ginecomastia es una condición en la cual se forma tejido mamario glandular firme en los hombres. El tejido mamario por lo general tiene menos de una a una y media ( 2,54 a 5,08 cm) pulgada de diámetro a través, y se localiza directamente por debajo del pezón. La ginecomastia puede estar presente en uno o en ambos lados. Esta condición puede hacer que el pecho duela.

Algunos hombres y niños tienen grasa en sus pechos lo cual puede parecer como si ellos tuvieran senos. Esta condición se llama seudoginecomastia o sea falsa ginecomastia. No es lo mismo que la ginecomastia.

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¿Qué causa la ginecomastia?

La causa de la ginecomastia usualmente son cambios en las hormonas al nacer, durante la pubertad o como parte del proceso de envejecimiento. La causa de la ginecomastia pueden ser cambios en el balance de dos hormonas: estrógeno y testosterona. En adultos, el balance hormonal puede verse afectado por:
  • Envejecimiento
  • Enfermedad
  • Medicamentos
    • Medicamentos para el SIDA
    • Medicamentos para tratar la ansiedad
    • Antibióticos
    • Quimioterapia
    • Algunos medicamentos para la enfermedad del corazón
    • Antidepresivos tricíclicos
    • Medicamentos para las úlceras
  • Drogas ilegales de abuso
    • Esteroides anabolizantes
    • Anfetaminas
    • Heroína
    • Marihuana
  • Alcohol

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¿Se requieren pruebas para determinar la causa de la ginecomastia?

Algunas veces se requieren pruebas y otras no. Su médico le hará preguntas acerca de sus síntomas; tales como hace cuánto que ha tenido el tejido mamario y si el área es sensible al tacto o no. Su médico también le preguntará sobre de cualquier enfermedad que usted puede haber tenido en el pasado, sobre los medicamentos que toma y sobre otros asuntos relacionados con su salud. Luego le hará un examen físico.

Si necesita pruebas o no, depende de su edad, y de lo que su médico establece a partir de su historial médico y examen físico. La ginecomastia es común en los varones durante la adolescencia. Hasta un 65% de los jóvenes de 14 años tienen ginecomastia. Si usted es un adolescente probablemente no necesitará ninguna prueba. El agrandamiento de sus pechos probablemente desaparecerá por si solo en dos o tres años. Sin embargo, los muchachos más jóvenes y hombres adultos que tienen ginecomastia pueden tener que hacerse algunas pruebas. En estos casos, es posible que algún tipo de enfermedad pueda estar causando el problema.

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¿Cuál es el tratamiento para la ginecomastia?

La mayoría de los casos no requiere tratamiento. Su médico probablemente querrá chequear el tamaño de su tejido mamario cada dos o tres meses. En el 90 % de los jóvenes adolescentes la ginecomastia desaparece en menos de tres años.

Algunas veces el problema puede solucionarse si usted deja de tomar un medicamento que le está ocasionando la ginecomastia o si de deja de consumir una droga ilegal de abuso que es la que le está causando el problema.

Ocasionalmente, pueden usarse medicamentos para tratar la ginecomastia; especialmente si la sensibilidad al tacto representa un problema. El medicamento hará que el tejido mamario en exceso desaparezca. Rara vez se requiere una cirugía para remover el tejido mamario en exceso.

Si la ginecomastia es por causa de una enfermedad o tumor el tratamiento es necesario. Si la ginecomastia es causada por una enfermedad, la enfermedad en si necesitará tratamiento.

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¿El abultamiento en el pecho podría ser cáncer?

Probablemente no. El cáncer de mama (seno) es muy raro en los hombres. Los abultamientos causados por cáncer usualmente no se localizan por debajo del pezón, donde crece el tejido mamario por causa de la ginecomastia. El tejido mamario del cáncer se siente distinto del tejido mamario de la ginecomastia. El cáncer también puede hacer que la piel forme hoyuelos o que salga una secreción sanguinolenta del pezón. Su médico probablemente podrá ser capaz de distinguir si el abultamiento en su pecho es cáncer. Si existe alguna duda sobre si usted tiene cáncer tendrá que hacerse una mamografía y una biopsia.

¿Qué es el espasmo del sollozo?

Se define al espasmo del sollozo (ES), como aquel trastorno que se caracteriza por crisis recurrentes de apnea transitoria (falta de la respiración), pérdida de la conciencia y postura anormal. Saber cuáles son sus características y cómo diferenciarlo de cuadros graves tranquiliza a los padres en estos episodios alarmantes pero benignos. Tiene la característica que siempre sigue una secuencia bien establecida. Es provocado generalmente por los famosos "berrinches" en situaciones de enojo, frustración, dolor o sorpresa, seguida por llanto. Luego el niño queda quieto, exhala y deja de respirar. A continuación se pone cianótico (piel color azulada). Por último pierde la conciencia, se pone tieso o a veces fláccido. Si deja de respirar por más de 10 segundos, comienza con convulsiones y después vuelve al estado de flaccidez.
Todo el proceso dura entre 2 y 20 segundos. Tiene una frecuencia de aparición del 27% de los niños sanos.
Están más propensos a presentarlo los niños con antecedentes en alguno de los padres de haberlo presentado en su infancia.
Aparece entre los 6 y 18 meses de edad. Fuera de este período deben descartarse otras enfermedades, como epilepsia, arritmias cardíacas, hidrocefalia y tumores cerebrales.
En los recién nacidos, estos episodios pueden hacer su aparición durante la alimentación o al cambiarle los pañales.

Existen dos tipos de espasmo del sollozo:

Espasmo del sollozo cianótico

Son provocados por episodios que frustran o enojan al bebé, quien llora vigorosamente y después aparece la apnea (falta de respiración), se pone azulado (cianótico), puede presentar convulsiones, y luego queda fláccido. Se presenta en el 62% del total de casos de espasmo del sollozo.

Espasmo del sollozo pálido

El episodio es provocado por un susto o alguna situación inesperada que lo asusta. El bebé llora poco, se pone pálido, y puede presentar convulsiones antes de recobrar la conciencia. Se presenta en el 19% de los casos.

¿Cómo se diagnostica?

El diagnóstico se debe efectuar por descarte de enfermedades del sistema nervioso central, cardiovascular, respiratorio y enfermedades metabólicas.
Los niños con trastornos de conducta, hiperquinéticos, enuréticos, desobedientes y agresivos, sufren más frecuentemente de esta enfermedad en la infancia.
El mecanismo que lo provoca no está enteramente aclarado, pero intervienen factores anatómicos, estímulos vagales, caídas de la presión arterial e hiperventilación.
Los niños con anemia por déficit de hierro tienen mayor incidencia de espasmo del sollozo. La anemia sería causa de una menor oxigenación cerebral y un factor desencadenante del espasmo.

¿Cuál es el tratamiento?

El tratamiento que se postula para disminuir los episodios de espasmo del sollozo es en base a sulfato ferroso en forma oral durante 3 meses o hasta la normalización de los valores de hemoglobina (sustancia encargada del transporte de oxígeno en la sangre).

¿Qué debo hacer ante un episodio de espasmo del sollozo?

Si este trastorno ya le fue diagnosticado se recomienda seguir algunos pasos ante un episodio de espasmo del sollozo. A continuación detallaremos cada uno de ellos.

1. Mantén la calma

Si ya se le ha diagnosticado a tu bebé este trastorno debes quedarte tranquila ya que tu hijo no corre ningún riesgo.

2. Retira los objetos que tenga en la boca

Si tiene algún objeto en la boca debes quitárselo para evitar que se ahogue.

3. Colócalo en una posición segura

Se recomienda que lo ubiques de costado y alejando los objetos con los que se pueda golpear. Esta posición permite mantenerlo seguro y fuera del alcance de objetos que podrían dañarlo durante el evento.

4. No intentes detener el espasmo

No intentes nada para detener o distraer al bebé ya que esto si podría interferir en el proceso habitual del espasmo y complicar la situación.

5. Aléjate un poco del niño

Obsérvalo de forma indirecta, haciéndole pensar que no le prestas mucha atención al evento, ya que a veces utilizan estos episodios como métodos de disuasión.

6. Repréndelo o consuélalo

En principio, el espasmo del sollozo tiene un carácter involuntario, ya que el niño no lo hace a propósito. Pero cabe la posibilidad de que algunos niños aprendan a utilizarlo para llamar la atención o conseguir algún beneficio, lo que habrá que tener en cuenta especialmente en aquellos en los que se repite con mucha frecuencia, para asegurarnos de que con su actitud, no obtienen ninguna recompensa. Si este es el caso, inmediatamente al término del espasmo, explícale con voz firme que no te gusta que haga "berrinches" y que no le darás el beneficio que pretendía obtener con lo que hizo. En caso de que sea provocado por algún accidente, como un golpe o una caída, abrázalo y consuélalo para que sienta todo tu apoyo.

7. Déjalo que duerma una siesta

Es importante que tu hijo tenga un tiempo de descanso para reponerse de los episodios y para que de alguna manera olvide el berrinche que lo aquejaba. De esta forma puedes evitar varios episodios de espasmo del sollozo al día.

¿Qué precauciones debo tomar?

Debes tener en cuenta que nunca debes tratar de reanimarlo con ninguna maniobra como la respiración boca a boca o el masaje cardíaco, ya que pueden existir riesgos fatales si las realiza alguien inexperto. Tampoco le des agua hasta tanto veas que se ha recuperado totalmente, ya que puede hacer que se ahogue provocando problemas mucho mayores que el propio espasmo.

¿Cuándo debería preocuparme?

Debes acudir inmediatamente al médico si tu hijo tiene espasmos de forma espontánea sin ninguna causa desencadenante, si tiene convulsiones, si no recobra la conciencia luego de los 30 segundos o si presenta estos episodios cuando está durmiendo.



¿Qué es un hemangioma?

Un hemangioma es un tipo de marca de nacimiento. Es el tumor de piel benigno (no canceroso) más frecuente. Puede ser congénito (marca tenue y rojiza) o puede aparecer durante los primeros meses posteriores al nacimiento. Un hemangioma también se conoce como mancha de vino de Oporto, hemangioma en fresa y parche de color salmón. Aproximadamente el 83 por ciento de los hemangiomas ocurren en la cabeza o el área del cuello. Las mujeres son cinco veces más propensas que los hombres a sufrir hemangiomas.

¿Qué es una malformación vascular?

Una malformación vascular es otro tipo de marca de nacimiento, o malformación congénita (presente al nacer), constituida por arterias, venas, capilares o vasos linfáticos. Existen varios tipos diferentes y reciben su nombre en función del tipo de vaso sanguíneo más afectado. Una malformación vascular también se denomina linfangioma, malformación arteriovenosa y gigantismo vascular.

¿Cuál es la diferencia entre un hemangioma y una malformación vascular?

La mayoría de los hemangiomas generalmente no están presentes al nacer o, de estarlo, son marcas muy tenues de coloración rojiza. Sin embargo, crecen rápidamente poco después del nacimiento, de hecho, frecuentemente crecen más rápido que el propio niño. Con el transcurrir del tiempo, su tamaño se reduce (involucionan) y su color se torna más claro. Este proceso de involución puede durar muchos años.

Las malformaciones vasculares están presentes al nacer y aumentan de tamaño proporcionalmente al crecimiento del niño. No sufren una involución espontánea y pueden volverse más aparentes a medida que el niño crece.

¿Cuáles son las causas de los hemangiomas y las malformaciones vasculares?

En general, las causas de los hemangiomas y las malformaciones vascular son esporádicas (ocurren al azar). Sin embargo, en una familia también puede ser heredado como un rasgo autosómico dominante. Autosómico dominante significa que se necesita un gen para que el trastorno se manifieste, y el gen se transmite del padre o la madre al hijo con un riesgo del 50 por ciento en cada embarazo. Ambos sexos se ven afectados en igual proporción y la variabilidad de expresión del gen es muy grande. En otras palabras, es posible que cualquiera de los padres desconozca que tuvieron un hemangioma porque éste desapareció, pero el niño se verá afectado en un grado mayor. Es probable que la familia no acuda al genetista sino hasta que nace un bebé con un trastorno grave. En general, es en ese momento cuando se descubren otros familiares con una manifestación leve del gen, lo que confirma la herencia autosómica dominante.

Los hemangiomas y las malformaciones vasculares son la manifestación de múltiples síndromes genéticos diferentes que tienen una variedad de patrones de herencia y probabilidades de recurrencia, según el síndrome específico presente.

Los hemangiomas están presentes en hasta el 12 por ciento de los bebés durante el primer año de vida. En general, afecta con una frecuencia mayor a las niñas que a los niños.

¿Qué debo hacer si mi hijo tiene un hemangioma o una malformación vascular?

Si el hemangioma o la malformación vascular es muy grande o afecta el aparato respiratorio (vías respiratorias o pulmones) u otro aparato o sistema del cuerpo, podría llegar a comprometer la vida. También puede llegar a convertirse en una amenaza si el hemangioma presenta una hemorragia incontrolable. Las lesiones grandes y, o que ponen el peligro la vida deben ser evaluadas por un equipo multidisciplinario de especialistas que incluya cirujanos plásticos, dermatólogos, oftalmólogos, radiólogos y otros especialistas, según los órganos que estén comprometidos.

Tratamiento para los hemangiomas:

El tratamiento depende del tamaño, la localización y la gravedad de los hemangiomas. Generalmente, no se recomienda el tratamiento de los hemangiomas pequeños o los no invasivos, ya que desaparecerán (involucionarán) espontáneamente. Sin embargo, los hemangiomas pueden causar problemas de hemorragias, dificultades respiratorias o en la alimentación, alteraciones en el crecimiento o un deterioro de la visión que quizás requiera una intervención médica o quirúrgica.

El tratamiento puede incluir lo siguiente:

  • medicamentos esteroides
  • embolización de los vasos sanguíneos (inyección de material en los vasos sanguíneos para obstruir la afluencia sanguínea)
  • extirpación quirúrgica o por láser

Tratamiento para las malformaciones vasculares:

El tratamiento depende del tipo de malformación vascular, ya que cada uno de ellos merece un tratamiento diferente. Generalmente, la terapia con láser es efectiva para las malformaciones capilares o las manchas de vino de Oporto, que tienden a ser planas, de color rojo o violáceo y que se localizan en la cara. Las malformaciones arteriales frecuentemente se tratan mediante embolización (se obstruye el flujo sanguíneo hacia la malformación por medio de la inyección de un material cerca de la lesión). Las malformaciones venosas a menudo se tratan por medio de una inyección directa de un medicamento esclerosante (coagulante) que provoca la coagulación de los canales. Muchas veces, el cuidado efectivo de la lesión se logra a través de la combinación de los diferentes tratamientos.

Probablemente todos los padres han experimentado el siguiente escenario alguna vez: se despiertan a media noche para encontrar a su hijo parado al lado de su cama, encendido, acalorado y sudando. La frente de su pequeño está caliente. Inmediatamente sospechan que su hijo tiene fiebre pero no están seguros de qué hacer a continuación. ¿Deben buscar el termómetro? ¿Deben llamar al médico?

Aun cuando su hijo tenga fiebre, es probable que no sea nada grave. Aunque puede asustar que la temperatura de su hijo aumente, la fiebre en sí no es perjudicial y, de hecho, puede ser buena; muchas veces es la forma que tiene el cuerpo de combatir las infecciones. Y no es necesario tratar todos los tipos de fiebre. Sin embargo, la fiebre alta puede incomodar a su hijo y agravar problemas tales como la deshidratación.

Pero puede seguir algunos pasos para tomar correctamente la temperatura de su hijo y hacer que se sienta cómodo cuando es más alta de lo normal. En este artículo, hablaremos de la fiebre, cómo medirla y tratarla, y cuándo llamar al pediatra.

¿Qué es la fiebre?

La fiebre se produce cuando el "termostato" interno del cuerpo aumenta la temperatura corporal por encima de su nivel normal. Este termostato se encuentra en la parte del cerebro denominada hipotálamo. El hipotálamo sabe qué temperatura debe tener el cuerpo (normalmente alrededor de los 98,6 grados Fahrenheit o 37 grados centígrados) y envía mensajes al cuerpo para mantenerla así.

La temperatura corporal de la mayoría de las personas varía inclusive un poco a lo largo del día: generalmente, es un poco más baja por la mañana y un poco más alta por la tarde y puede fluctuar cuando los niños corretean, juegan y hacen ejercicio.

No obstante, a veces el hipotálamo "reajusta" el cuerpo y aumenta su temperatura como respuesta a una infección, enfermedad o algún otro motivo. Entonces, ¿por qué el hipotálamo ordena al cuerpo que varíe la temperatura? Los investigadores creen que el aumento de la temperatura es la forma que tiene el cuerpo de combatir los gérmenes que causan infecciones y de hacer que el cuerpo sea un lugar menos agradable para ellos.

¿Qué causa la fiebre?

Es importante recordar que la fiebre en sí no es una enfermedad; la mayoría de las veces es síntoma de un problema subyacente. Las causas potenciales de la fiebre son:

Infección: La mayoría de las fiebres se deben a una infección u otra enfermedad. Al estimular los mecanismos naturales de defensa, la fiebre ayuda al cuerpo a combatir las infecciones.

Exceso de ropa: Los bebés, especialmente los recién nacidos, pueden tener fiebre si están demasiado abrigados o se encuentran en un ambiente caluroso puesto que no pueden regular su temperatura corporal.

Inmunizaciones: Los bebés y los niños pueden presentar algo de fiebre tras la administración de una vacuna.

Aunque la dentición puede provocar un leve aumento de la temperatura corporal, probablemente no sea la causa de que la temperatura de su hijo esté por encima de los 100 grados Fahrenheit (37,8 grados centígrados).

¿Cómo sé si la fiebre de mi hijo es síntoma de algo grave?

Antes, los médicos aconsejaban tratar la fiebre en base a la temperatura. Pero ahora, recomiendan tener en cuenta tanto la temperatura como la condición general del niño.

Los niños con una temperatura inferior a los 102 grados Fahrenheit (38,9 grados centígrados) no suelen necesitar medicamentos, a menos que se sientan incómodos. Esta regla tiene una importante excepción: si su bebé tiene 3 meses o menos y su temperatura rectal es de 100,4 grados Fahrenheit (38 grados centígrados) o superior, llame al pediatra o acuda a la sección de urgencias. Incluso un poco de fiebre puede ser síntoma de una posible infección grave en niños muy pequeños.

En niños mayores, tenga en cuenta el comportamiento y nivel de actividad física. Al observar el comportamiento de su hijo, puede usted tener una idea de que se trata de una enfermedad menor o necesita acudir a un médico.

Probablemente la enfermedad no sea grave si su hijo:

  • sigue queriendo jugar
  • come y bebe bien
  • está alerta y sonríe
  • tiene la piel de color normal
  • tiene buen aspecto cuando le baja la temperatura

Y no se preocupe demasiado por un niño con fiebre que no quiere comer. Eso es común en infecciones que producen fiebre.

¿Cómo sé si mi hijo tiene fiebre?

Un beso suave en la frente o tocar levemente la piel de su hijo suele ser suficiente para saber si tiene fiebre. Sin embargo, este método para medir la temperatura (denominado temperatura táctil) depende de la persona que la toma y no ofrece un nivel exacto de la temperatura del niño.

Con un termómetro fiable, puede saber si su hijo tiene fiebre cuando su temperatura esté en alguno de los siguientes niveles:

  • 100,4 grados Fahrenheit (38 grados centígrados) medidos rectalmente (en el recto)
  • 99,5 grados Fahrenheit (37,5 grados centígrados) medidos oralmente (en la boca)
  • 99 grados Fahrenheit (37,2 grados centígrados) medidos en la axila (bajo el brazo)

Pero la fiebre no dice si su hijo está muy enfermo. Un simple resfriado u otra infección viral producen a veces una fiebre bastante alta (entre los 102 y 104 grados Fahrenheit ó 38,9 a 40 grados centígrados), pero generalmente no es indicio de que el problema sea grave. Y las infecciones graves pueden no producir fiebre o incluso disminuir la temperatura corporal de modo anormal, sobre todo en niños pequeños.

Puesto que la fiebre puede aumentar o disminuir, un niño con fiebre puede tener escalofríos cuando la temperatura corporal comienza a subir y el cuerpo intenta generar más calor. Puede que el niño sude cuando el cuerpo libera calor y la temperatura comienza a descender.

A veces, los niños con fiebre pueden respirar más rápido de lo normal y tener un ritmo cardíaco más elevado. Debería llamar al pediatra si su hijo tiene dificultad en respirar, o respira mucho más rápido de lo normal, o sigue respirando rápido cuando le baja la fiebre.

¿Qué tipo de termómetro debería utilizar?

Independientemente del tipo de termómetro que elija, asegúrese de saber usarlo correctamente para obtener una lectura precisa. Conserve y siga las recomendaciones del fabricante.

Los termómetros digitales suelen ofrecer datos más rápidos y precisos. Vienen en muchos tamaños y formas y están disponibles en la mayoría de los supermercados y farmacias, a varios precios. Aunque debería leer las instrucciones del fabricante para determinar los métodos para los que está diseñado el termómetro, muchos termómetros digitales se usan para las siguientes modalidades de medición de temperatura:

  • oral (en la boca)
  • rectal (en el recto)
  • axilar (bajo el brazo)

Los termómetros digitales suelen tener una sonda flexible de plástico con un sensor de temperatura en un extremo y un indicador digital fácil de leer en el otro.

Los termómetros electrónicos de oído miden la temperatura timpánica: la temperatura en el interior del conducto auditivo. Aunque son rápidos, precisos y fáciles de usar en niños mayores, los termómetros electrónicos de oído no son tan exactos como los digitales cuando se usan en niños muy pequeños, y son más caros. La Academia Estadounidense de Pediatría (AAP, por sus siglas en inglés) no aconseja el uso de termómetros electrónicos de oído en bebés menores de 3 meses.

Los termómetros de tira plástica (pequeñas tiras plásticas que se adhieren sobre la frente del niño) pueden decirle si su hijo tiene fiebre pero no son fiables a la hora de medir la temperatura exacta, sobre todo en bebés y niños. Si necesita saber la temperatura exacta de su hijo, los termómetros de tira plástica no son los adecuados.

Los termómetros chupete pueden parecer apropiados pero tampoco son fiables y no deben utilizarse en bebés menores de 3 meses. También es necesario que el niño mantenga el chupete en la boca durante varios minutos sin moverse, algo casi imposible para la mayoría de los bebés y niños pequeños.

Los termómetros de mercurio se usaban frecuentemente pero la AAP aconseja no utilizarlos por miedo a una posible exposición al mercurio, que es una toxina ambiental. (Si aún tiene un termómetro de mercurio, no lo tire a la basura porque el mercurio puede filtrarse. Pregunte al pediatra o al departamento de sanidad local cómo y dónde puede deshacerse de su termómetro de mercurio).

Como todos los padres saben, tomar la temperatura a un niño que se retuerce puede suponer un reto. Pero es uno de los instrumentos médicos más importantes para averiguar si su hijo está enfermo o tiene una infección. El método que usted elija para medir la temperatura de su hijo dependerá de la edad y de si su hijo está dispuesto a cooperar.

Si su hijo es menor de 3 meses, usted obtendrá datos más fiables si mide la temperatura rectal con un termómetro digital. Los termómetros electrónicos de oído no son recomendables para bebés menores de 3 meses porque sus conductos auditivos suelen ser demasiado pequeños.

Si su hijo tiene entre 3 meses y 4 años, usted puede utilizar un termómetro digital para medir la temperatura rectal o un termómetro electrónico de oído para medir la temperatura en el interior del conducto auditivo. También podría utilizar un termómetro digital para medir la temperatura axilar, aunque este método es menos preciso.

Si su hijo tiene más de 4 años, usted puede utilizar un termómetro digital para medir la temperatura oral, si su hijo coopera. Sin embargo, puede que los niños que tosen frecuentemente o respiran por la boca porque tienen la nariz congestionada no sean capaces de tener la boca cerrada el tiempo necesario para realizar una lectura oral exacta. En estos casos, puede usar el método timpánico (con un termómetro electrónico de oído) o el método axilar (con un termómetro digital).

¿Cómo se utiliza un termómetro digital?

El termómetro digital ofrece la forma más precisa y rápida de medir la temperatura de su hijo y puede colocarse en la boca, la axila o el recto. Antes de utilizar este dispositivo, lea detenidamente las instrucciones. Necesita saber cómo el termómetro anuncia la finalización de la lectura (normalmente, mediante una pitada o una serie de pitadas, o la temperatura aparece visualmente intermitente en la pantalla digital del termómetro). Después, accione el termómetro y asegúrese de que la pantalla se limpie de lecturas previas. Si su termómetro dispone de cubiertas protectoras de plástico desechables, colóquelas según las instrucciones del fabricante. Recuerde desechar la cubierta después de usarla y limpiar el termómetro según las instrucciones del fabricante antes de volver a colocarlo en su estuche.

Para medir la temperatura rectal:

Antes de llegar a ser padres, la mayoría de las personas sienten repulsión con solo pensar en medir la temperatura rectal. Pero no se preocupe; es fácil:

  1. Lubrique el extremo del termómetro con un gel lubricante hidrosoluble (pregunte al farmacéutico o pediatra).
  2. Coloque a su hijo boca abajo sobre su regazo y sosténgale la cabeza o túmbelo sobre una superficie plana y firme, como por ejemplo un cambiador.
  3. Ponga una mano sobre la zona lumbar de su hijo para que no se mueva.
  4. Con la otra mano, inserte el termómetro lubricado en el recto por la apertura anal, de media a una pulgada (1,25 a 2,5 centímetros). Si siente que hay resistencia, no siga.
  5. Sostenga el termómetro entre el segundo y tercer dedo. Tranquilice a su hijo y háblele en voz baja.
  6. Espere hasta oír el número de pitadas correspondientes u otra señal que indique que ya se puede leer la temperatura. Si desea llevar un registro, anote la temperatura y la hora del día.

Para medir la temperatura oral: Este proceso es fácil en un niño mayor y dispuesto a cooperar.

  1. Espere 20-30 minutos después de que su hijo termine de comer o beber para medir la temperatura oral y asegúrese de que su hijo no tiene chicle o dulces en la boca.
  2. Coloque el extremo del termómetro bajo la lengua y pida a su hijo que cierre los labios. Recuérdele que no apriete los dientes y pídale que se relaje y respire con normalidad por la nariz.
  3. Espere hasta oír el número de pitadas correspondientes u otra señal que indique que ya se puede saber la temperatura. Lea y anote el número que aparece en la pantalla y la hora del día.

Para medir la temperatura axilar: Ésta es una manera práctica de medir la temperatura de su hijo. Aunque no es tan precisa como la temperatura rectal u oral en un niño que coopere, algunos padres la prefieran si sobre todo su hijo no puede sostener un termómetro en la boca.

  • Quítele a su hijo la camisa o camiseta interior y póngale el termómetro en la axila (debe tocar solo la piel, no la ropa).
  • Coloque el brazo de su hijo sobre el pecho para sujetar el termómetro.
  • Espere hasta oír el número de pitadas correspondientes u otra señal que indique que ya se puede leer la temperatura. Lea y anote el número que aparece en la pantalla y la hora del día.

Independientemente del método que elija, he aquí algunos consejos adicionales:

  • Nunca tome la temperatura a su hijo inmediatamente después de bañarlo o si ha estado muy abrigado durante algún tiempo; esto puede afectar el nivel de la temperatura.
  • Nunca deje a un niño solo cuando le esté tomando la temperatura.

¿Cómo puedo hacer que mi hijo se sienta mejor?

Una vez más, no es necesario tratar todos los tipos de fiebre. Y, en la mayoría de los casos, la fiebre solo debe ser tratada si causa malestar a su hijo. He aquí algunas cosas que puede hacer para aliviar los síntomas que suelen acompañar a la fiebre:

  • Si su hijo está irritable o parece incómodo, puede darle acetaminofén (paracetamol) o ibuprofeno siguiendo las recomendaciones del envase según la edad o peso. Si no sabe cuál es la dosis recomendada o si su hijo es menor de 2 años, llame al pediatra para averiguar qué cantidad debe administrarle.
  • Recuerde que los medicamentos para la fiebre bajarán temporalmente la temperatura pero no harán que vuelva a la normalidad; y no curarán la causa subyacente de la fiebre.
  • (Nunca administre aspirina a un niño menor de 12 años porque está asociada al síndrome de Reye, una enfermedad poco común pero potencialmente mortal).
  • Bañe a su hijo con una esponja para que se sienta más cómodo y ayudar a que le baje la fiebre. Utilice solo agua tibia; el agua fría puede causar escalofríos, lo que suele aumentar la temperatura corporal. Nunca utilice alcohol (puede producir intoxicación cuando la piel lo absorbe) o bolsas de hielo/baños fríos (pueden causar escalofríos, que aumentan la temperatura corporal).
  • Vista a su hijo con ropa ligera y cúbralo con una sábana o cobija fina. El exceso de ropa y abrigo puede evitar que el calor corporal se libere y provocar un aumento de temperatura.
  • Asegúrese de que la temperatura de la habitación de su hijo sea placentera: ni muy caliente ni muy fría.
  • Dé a su hijo mucho líquido para evitar deshidratación; la fiebre provoca una rápida pérdida de líquidos. El agua, la sopa, las paletas y la gelatina de sabores son buenas elecciones. Evite las bebidas con cafeína, incluidos los refrescos y el té, porque pueden aumentar produccion de orina.
  • Si su hijo también tiene vómitos y/o diarrea, pregunte al pediatra si debe darle alguna solución hidratante especial para niños. Puede encontrar esta solución en farmacias y supermercados. No le dé bebidas energéticas; no están ideadas para niños pequeños y los azúcares añadidos pueden empeorar la diarrea. Asimismo, limite el consumo de frutas y jugos de manzana.
  • En general, deje que su hijo coma lo que quiera (en cantidades razonables) pero no le obligue a comer si no apetece.
  • Asegúrese de que su hijo descanse mucho. No es necesario que pase todo el día en la cama, pero un niño enfermo debería permanecer en calma.
  • Es mejor que el niño no vaya a la escuela o a la guardería si tiene fiebre. La mayoría de los médicos creen que se puede volver a la escuela cuando la temperatura haya sido normal durante 24 horas.

¿Cuándo debería llamar al pediatra?

La temperatura exacta que debería dar lugar a una llamada al médico depende de la edad del niño, la enfermedad y si el niño presenta otros síntomas además de la fiebre.

Llame al pediatra si tiene:

  • un bebé menor de 3 meses con una temperatura de 100,4 grados Fahrenheit (38 grados centígrados)
  • un niño mayor de 3 meses con una temperatura superior a los 104 grados Fahrenheit (40 grados centígrados)

Si un niño mayor a 3 meses tiene una fiebre inferior a los 104 grados Fahrenheit, llame al médico si el niño también:

  • rechaza los líquidos o parece demasiado enfermo como para beber
  • tiene diarrea persistente o vómitos continuos
  • presenta síntomas de deshidratación
  • presenta una dolencia específica (p. ej., dolor de garganta o de oído)
  • lleva más de 24 horas con fiebre si es un niño menor de 2 años; o 72 horas, si es mayor
  • tiene fiebre recurrente, aunque solo dure varias horas todas las noches

Acuda a urgencias si su hijo presenta cualesquiera de los siguientes síntomas además de fiebre:

  • llanto inconsolable durante varias horas
  • irritabilidad extrema
  • aletargamiento o dificultad para estar despierto
  • sarpullido o manchas moradas que parecen pequeños moretones en la piel (que no estaban antes de que su hijo se enfermase)
  • labios, lengua y uñas azuladas
  • zona blanda en la cabeza que parece una protuberancia
  • rigidez en el cuello
  • fuerte dolor de cabeza
  • flacidez y negativa a moverse
  • dificultad para respirar que no desaparece cuando se le despeja la nariz
  • inclinación hacia delante y babeo
  • convulsiones

Asimismo, pregunte al pediatra cuáles son sus pautas en cuanto a llamadas en caso de fiebre.

Fiebre: Algo común en la infancia

Todos los niños tienen fiebre alguna vez y, en la mayoría de los casos, vuelven a su estado normal después de unos días. En bebés mayores y niños (pero no necesariamente en bebés menores de 3 meses), es más importante el comportamiento del niño que la lectura del termómetro. Todo el mundo se enoja cuando tiene fiebre. Es normal y es algo que debe esperarse.

Pero si alguna vez tiene dudas sobre qué hacer, o lo que puede significar esa fiebre, o si su hijo se enferma de forma preocupante aunque no tenga fiebre, llame a su pediatra para que le asesore.

Su hijo vuelve de la escuela con dolor de garganta, tos y fiebre alta. ¿Se habrá contagiado la gripe que anda dando vueltas por ahí? ¿O se trata sólo de un resfriado común?

Antes de que pueda determinar cómo ayudar a que su hijo se sienta mejor, necesita saber qué enfermad lo aqueja. Por lo general, la gripe (también conocida como influenza) presenta síntomas que hacen que un niño se sienta peor que cuando tiene un resfriado común, pero no siempre resulta tan sencillo distinguir una enfermedad de la otra.

Lista de control de síntomas

Para ayudarlo a determinar si su hijo está combatiendo una gripe o un resfriado, responda a estas preguntas acerca de los síntomas que presenta.

Gripe versus resfriados: Una guía de síntomas

Debe preguntarse esto: Gripe Resfriado
Si la aparición de la enfermedad fue... repentina lenta
Si su hijo tiene... fiebre alta fiebre leve o no tiene fiebre
Si el nivel de agotamiento que presenta su hijo es... severo leve
Si su hijo tiene una tos... seca severa o áspera
Si la garganta de su hijo... le duele está bien
Si la cabeza de su hijo... le duele no presenta dolor
Si el apetito de su hijo es... menor normal
Si los músculos de su hijo... le duelen están bien
Si su hijo... tiene escalofríos tiene escalofríos

Si la mayoría de sus respuestas corresponden a la primera categoría, es probable que su hijo tenga gripe. Si la mayoría de sus respuestas corresponden a la segunda categoría, es probable que tenga un resfriado. Pero no se apresure demasiado en determinar que la enfermedad que padece su hijo es sólo otro resfriado. Es importante recordar que los síntomas de la gripe pueden variar de un niño a otro (y pueden modificarse a medida que la enfermedad progresa). Por lo tanto, si sospecha que se trata de una gripe, llame al pediatra.

Tratamiento

Cuando se contrae gripe dentro de las primeras 48 horas de la aparición de los síntomas, la enfermedad puede responder a una medicación antiviral, que permite acortar en uno o dos días la duración de la infección que padece su hijo. Mientras tanto, atienda a su hijo y suminístrele gran cantidad de líquidos y el mayor confort posible.

¿Y si el pediatra de su hijo le dice que no es una gripe? Pregúntele si debe darle a su hijo una vacuna antigripal.

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