Definición: Se trata de inflamación de la glándula mamaria. Con frecuencia se presenta en mujeres que amamantan, sobre todo durante las primeras semanas. En general no es una alteración grave y se cura en pocos días.
Habitualmente no es una enfermedad grave, pero no debe ignorarse. Normalmente queda confinada en el pecho y rara vez se extiende a otras partes del cuerpo, sobre todo si se trata a tiempo. Algunos médicos aconsejan a la mujer que durante unos días no amamante al bebé para ver si así se cura. En este caso, puede usar un extractor, o sus propias manos, para sacar la leche y evitar que el pecho se congestione. En caso de que el bebé ingiriera alguna bacteria con la leche, ésta será eliminada por los jugos gástricos del niño, sin que llegue a causarle daño.
Causas: La mastitis se presenta como resultado de una infección bacteria que invade los conductos de la leche o alguna otra estructura de la mama. La bacteria que más frecuentemente causa este problema es el Staphylococcus aureus que entra por las delgadas grietas o fisuras que hay en el pezón o a su alrededor. Como estas grietas son comunes en las primeras semanas de lactancia, las mujeres que acaban de tener un niño son especialmente vulnerables a la mastitis.
Signos y síntomas: Las principales manifestaciones son:
- Hinchazón
- Ulceración de la mama, sobre todo cerca del pezón
- Enrojecimiento de la piel
- Formación de una zona dura que puede estar caliente al tacto
- Secreción amarilla, no pus, que sale del pezón
- Fiebre, que puede llegar a los 39° C
- Cansancio
- Malestar general
Diagnóstico: Consulte con su médico si tiene más de 39 grados de temperatura. También debería hacerlo si el pecho se torna rojo, hinchado y dolorido o si secreta un líquido amarillo-verdoso, espeso o teñido de sangre. El médico le examinará el pecho y efectuará un análisis de sangre de rutina para comprobar si el número de glóbulos blancos es elevado, un signo de infección. Según las circunstancias, extraerá un poco de pus o de líquido para hacer un examen microscópico. Si además de la infección, aparece algún otro síntoma puede aconsejar una mamografía y una biopsia.
Tratamiento:
- Evite que el pezón se agriete o se inflame. Si tiene grietas, protéjalo bien al amamantar hasta que la lesión haya sanado
- Lávese bien las manos con jabón y agua antes de dar de mamar
- También lávese el pecho con agua tibia y séquelo con cuidado antes y después de amamantar
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