February 2011 Archives

Lunes 28 de Febrero 2011

Celebrada la octava edición del Curso de Formación Continuada en Climaterio y Menopausia, organizado por a Asociación Española para el Estudio de la Menopausia.  

El hábito tabáquico puede adelantar la menopausia entre 4 y 5 años, lo que a su vez repercute negativamente sobre el riesgo de osteoporosis, según han destacado los especialistas reunidos el viernes en la octava edición del Curso de Formación Continuada en Climaterio y Menopausia, organizado por a Asociación Española para el Estudio de la Menopausia (AEEM).

Asimismo, fumar provoca arteriosclerosis, lo cual, según explica el ginecólogo del Hospital de Cruces y coordinador de la formación, Dr. José Luis Neyro, "conlleva una disminución del flujo sanguíneo, que en la mujer aumenta el riesgo de sequedad vaginal y atrofia genital".

Además, a los efectos negativos del tabaco sobre la salud de la mujer se suma el riesgo de desarrollar cáncer de cuello, que según diferentes estudios epidemiológicos es "2,5 veces superior" en la mujer fumadora que en la no fumadora.

Por otro lado, otro de los temas tratados en el curso es que en España existe un alto porcentaje de mujeres que nunca se ha realizado una citología. De hecho, se estima que el 95% de las mujeres que sufren cáncer de cérvix nunca se ha sometido a esta prueba.

"Este es un dato alarmante y ante el que debe plantearse la necesidad de establecer, como ya se ha hecho en otros países de nuestro entorno geográfico, un cribado poblacional al igual que ya se está haciendo con excelentes resultados en cáncer de mama en nuestro país", advierte el Dr. Neyro, quien asegura que esta prueba es el "patrón de oro" en la detección de este tipo de cáncer.
En los últimos años el cambio en los hábitos sexuales de las españolas ha favorecido su expansión. El Dr. Neyro destaca que, al adelantarse la edad de las primeras relaciones sexuales (de los 22 a los 18 años), el número de compañeros sexuales de media a lo largo de su vida ha aumentado. "Si tenemos en cuenta que, es la enfermedad de transmisión sexual más frecuente en la mujer y que, además, el tratamiento del cáncer de cérvix puede conllevar, no sólo radioterapia y quimioterapia sino también histerectomía o extirpación del útero, parece conveniente actuar para prevenir o detectar a tiempo su aparición", explica el especialista.

Martes 01 de Marzo 2011

Los descubrimientos sugieren que los niveles de triglicéridos deben incluirse en las directrices de la prevención del ictus que actualmente se centran en el colesterol total y niveles de colesterol LDL


Madrid (1-03-11).- Los niveles elevados de triglicéridos están asociados con un mayor riesgo de ictus isquémico en hombres y mujeres, según un estudio del Hospital Universitario de Copenhague (Dinamarca) que se publica en la edición digital de la revista Annals of Neurology. Los resultados del trabajo muestran que los mayores niveles de colesterol se asociaron con un mayor riesgo de ictus sólo en el caso de los hombres.

La evidencia médica sugiere que los triglicéridos elevados son marcadores de niveles elevados de restos de lipoproteínas, partículas similares a las lipoproteínas de baja densidad (LDL), que se piensa contribuyen a la acumulación de placas responsable de la aterosclerosis.

Según explica Marianne Benn, directora del trabajo, este estudio es el primero en comparar el riesgo de ictus con niveles muy elevados de triglicéridos con el riesgo con niveles de colesterol muy altos.

Se realizó un seguimiento a 7.579 mujeres y 6.372 hombres que participaban en el Estudio Cardiaco de la Ciudad de Copenhague, todos blancos y de ascendencia danesa, que fueron seguidos hasta 33 años.

Los resultados confirmaron en hombres y mujeres que los niveles elevados de triglicéridos se asociaban con un mayor riesgo de ictus isquémico. En las mujeres, los niveles de triglicéridos de entre 89 y 177 mg/dL conllevaban un riesgo relativo de 1,2 y los niveles de 443 mg/dL o superiores se asociaron con 3,9 veces más riesgo en comparación con mujeres cuyos niveles de triglicéridos eran de menos de 89 mg/dL. En niveles de triglicéridos similares los hombres tenían un riesgo relativo de entre 1,2 y 2,3. Los mayores niveles de colesterol no se asociaron con un mayor riesgo de ictus isquémico, excepto en hombres cuyos niveles de colesterol eran iguales a 348 mg/dL o más.




Jueves 03 de Febrero 2011

Un estudio demuestra como estos animales perciben incluso las fases más tempranas de la enfermedad oliendo el aliento y muestras de heces de los pacientes.  

A través de los olores desprendidos del aliento y de muestras de heces, los perros son capaces de detectar, con un alto grado de precisión, el cáncer de intestino. Los resultados de un estudio, publicados esta semana en la edición online de la revista Gut, muestran como estos animales perciben incluso las fases más tempranas de la enfermedad por el olfato.
"Existen olores específicos y discernibles que emanan de las células cancerosas que circulan por el organismo", explican los autores de este nuevo estudio, liderado por investigadores de la Universidad de Kyushu, Japón. "Investigaciones anteriores señalan que los perros son capaces de oler y detectar cánceres de vejiga, de piel, de pulmón, de mama y de ovarios", añaden.
Los científicos sugieren que los compuestos químicos de ciertas variedades específicas de cáncer circulan por todo el organismo, lo que abre una posible vía al desarrollo y diseño de pruebas para diagnosticar la enfermedad antes de que tenga la oportunidad de propagarse a otras regiones del cuerpo.
Los resultados muestran como un Labrador Retriever sometido a un entrenamiento especial realizó 74 pruebas olfativas procedentes de 48 individuos con diagnóstico confirmado de cáncer de intestino y de 258 voluntarios sanos o que habían sufrido cáncer anteriormente. El can logró identificar correctamente qué muestras eran cancerosas y cuáles no en 33 de las 36 muestras de aliento y en 37 de las 38 muestras de heces.
Más aciertos en fase temprana de la enfermedad
El mayor índice de aciertos corresponde a las muestras procedentes de pacientes con de cáncer en fase temprana de desarrollo, lo que equivale a una precisión media del 95% para las pruebas realizadas sobre muestras de aliento y del 98% para las pruebas con muestras de heces, en comparación con la colonoscopia convencional.
Casi la mitad de las muestras de voluntarios procedían de personas con pólipos intestinales que, aunque benignos, se consideran precursores del cáncer de intestino. Además, el 6% de las muestras de aliento y una de cada diez de las muestras de heces de este grupo provenían de individuos con otros trastornos intestinales, como la enfermedad inflamatoria intestinal, úlceras, diverticulitis y apendicitis.
Las muestras afectadas por el cáncer de intestino procedían de pacientes con diversas fases de evolución de la enfermedad, incluido el estadio más temprano. Las muestras correspondientes a fumadores o individuos aquejados de otros trastornos intestinales, que supuestamente podrían enmascarar o interferir con otros olores, no supusieron ninguna dificultad para el animal.
Los autores admiten que aunque "probablemente no resulte práctico y sí muy costoso emplear perros para la detección del cáncer, cabría la posibilidad de desarrollar sensores que detecten los compuestos específicos".
El análisis de la sangre oculta en las heces es un método eficaz y no invasivo de cribado para la detección del cáncer de intestino, pero solamente puede identificar la enfermedad en su fase temprana de desarrollo en uno de cada diez casos. "La detección y el tratamiento tempranos son fundamentales para lograr un tratamiento con éxito del cáncer y son excelentes medios para reducir los costes económicos y de mortalidad", concluyen.


Normas generales del uso de medicamentos durante la lactancia:
- Evitar al máximo el uso de medicamentos innecesarios, incluidos aquellos que se dispensan en la farmacia sin necesidad de receta médica.
- En general, aquellos medicamentos que estén indicados en la infancia, podrán ser administrados también a la madre lactante.
- Extremar la precaución en aquellos bebés nacidos pretérmino, pues la inmadurez de sus funciones excretoras pueden llevar al acúmulo de medicamentos en el organismo.
- Tomar, de ser necesario, el medicamento justo después de lactar. Con ello dejamos tiempo para que se elimine de nuestro organismo entre tomas.
- Evitar medicamentos de vida media prolongada, así como formas retard, prolong....
- Utilizar siempre aquellos medicamentos de los que tengamos más experiencia de uso.

- Medicamentos contraindicados durante la lactancia:
- Amiodarona: ya que puede comportar toxicidad pulmonar y tiroidea.
- Anticolinérgicos: Pues inhiben la lactancia.
- Antineoplásicos (quimio): Por el evidente riesgo de citotoxicidad.
- Bromocriptina: Inhibe la lactancia (de hecho, es la sustancia que utilizamos para retirar la lactancia cuando la madre solicita que ésta sea artificial.
- Ciclosporina (inmunosupresores): Por el riesgo de inmunosupresión.
- Cloramfenicol: Riesgo de anemia aplásica.
- Derivados ergóticos: Pueden inhibir la lactancia.
- Estrógenos: Disminuyen la producción de leche.
- litio: Se ha descrito algún caso de hipotonía en lactantes.
- Metronidazol: Riesgo de mutaciones en animales.
- Quinolonas: Riesgo de afectación de articulaciones en niños.
- Sales de oro: Alteraciones renales, hepáticas y hematológicas.
- Tetraciclinas: Alteraciones en la coloración del esmalte dentario.
Vamos a hacer un repaso por familias de medicamentos, indicando, en cada grupo, cuáles son los medicamentos más seguros durante el período de lactancia:

- Analgésicos y antiinflamatorios: Los más seguros son Paracetamol e Ibuprofeno, habida cuenta de la cantidad tan baja que pasa al lactante, de su vida media de eliminación corta y de que, de hecho, son los antitérmicos que solemos utilizar en estos grupos de edad. Otros AINEs o la Aspirina no cuentan con la experiencia de uso de éstos dos; por lo que deberíamos obviarlos.

- Antimigrañosos: Si son imprescindibles, mejor utilizar los de vida media más corta (sumatriptán), y suspender de forma temporal la lactancia (al menos, durante 12 horas después de la toma del medicamento).

- Anticonceptivos: Están contraindicados los anticonceptivos combinados (estrógeno + gestágeno) durante las seis semanas posteriores al parto. Se recomienda, en todo caso, si es posible, utilizar anticonceptivos a base sólo de gestágeno. Se sabe que los combinados pueden disminuir la cantidad de leche producida.

- Antidepresivos: Se recomiendan, entre los ISRS, la sertralina y la paroxetina, pues, pese a eliminarse por la leche materna, los niveles alcanzados en ésta son mínimos. Deberíamos evitar Citalopram, escitalopram y Fluoxetina por su vida media más larga, y porque se han descrito más efectos adversos en lactantes. El bupropion pasa a la leche materna y puede dar lugar a convulsiones en el lactante, por lo que hemos de evitarlo.

- Ansiolíticos e hipnóticos: Se recomienda utilizarlos únicamente de forma esporádica, y sobre todo, los de vida media muy corta (Lorazepam y lormetazepam). Evitar su utilización de forma crónica, por riesgo de sedación, letargia y disminución del peso del lactante, por disminución de la ingesta.

- Antiepilépticos: Si han de utilizarse, deberíamos priorizar Ácido Valproico y Carbamazepina, que se excretan en menor medida por la leche materna, y, pese a haberse descrito alteraciones hepáticas por carbamazepina, y anemia y trombocitopenia por ácido valproico; son medicamentos de los que disponemos de más información que de etosuximida, fenobarbital, lamotrigina, primidona, topiramato, gabapentina, pregabalina y zonisamida (evitarlos).

- Antibióticos: Amoxicilina, Amoxicilina/Ác clavulánico y cefalosporinas de 2ª generación son seguros. Eritromicina también. Existe alguna duda sobre la azitromicina. Tanto las tetraciclinas (por riesgo de inhibición del crecimiento óseo y de alteración de la coloración de los dientes) como las quinolonas (alteraciones articulares en época de crecimiento), deberían evitarse. El metronidazol debería evitarse; pero, si no podemos hacerlo, y se trata de dosis única, hemos de interrumpir la lactancia durante 24-48 horas. La utilización tópica vaginal de metronidazol, sin embargo, se considera aceptable, si no existen alternativas.

- Antivirales de la gripe A: Oseltamivir y Zanamivir no están contraindicados durante la lactancia.

- Antiácidos y antiulcerosos: Los antiácidos no sistémicos (almagato y magaldrato) y el sucralfato son seguros, si se toman de forma ocasional (apenas se absorben). Entre los antihistamínicos, la famotidina es la que se absorbe en menor proporción, y es segura si se utiliza ocasionalmente. Los inhibidores de la bomba de protones deberían ser evitados.

- Laxantes: Utilizar los no absorbibles (incrementadores de bolo: fibras, plantago...). La lactulosa también es segura. Evitar, no obstante, las antraquinonas, ya que pueden producir diarrea en el lactante.

- Antihipertensivos: Metildopa, captopril y enalapril apenas pasan a la leche materna, y son seguros en este período. Del resto de IECAs y ARA II no se dispone de información. Los diuréticos (hidroclorotiazida y clortalidona) pueden favorecer la disminución de la producción láctea (evitarlas). De elección, sin embargo, quedarían los betabloqueantes (Propranolol, Metoprolol y labetalolo), pues pasan poco a la leche. Y entre los antagonistas del calcio, nifedipina, verapamil y diltiazem pasan poco a la leche, por lo que pueden considerarse seguros. No así la amlodipina ni la felodipina, dado que tienen una vida media mayor, y pueden dar más problemas.

- Hipolipemiantes: Evitar estatinas y fibratos. Sobre el resto de fármacos apenas hay información, por lo que deberíamos evitarlos.

- Inhaladores: Cortis inhalados y salbutamol/terbutalina (pese a que estos dos pueden provocar irritabilidad en el neonato) son seguros. Los anticolinérgicos deberían evitarse (riesgo de inhibición de la lactancia).

- Catarros: Codeína, dextrometorfano, a dosis bajas, y durante períodos breves de tiempo, parecen seguros. También lo son, a dosis bajas y autolimitadas, los antiH1 nuevos: Loratadina, cetirizina o desloratadina. Mejor no usarlas de forma prolongada, por riesgo de disminución de la producción de leche, y de somnolencia por parte del lactante.

Lunes 31 de Enero 2011

Una investigación publicada en 'Nature Neuroscience' descubre cambios en el cerebro que relacionan déficits de omega 3 y depresión.

Los doctores Rafel Rodríguez-Puertas y Susana Mato.

La relación entre los déficits de ácidos grasos poli-insaturados omega 3 (AGPO-3) y la aparición de trastornos depresivos no es nueva en el ámbito médico. Sin embargo, lo que no se conocía hasta el momento era el mecanismo cerebral por el cual la dieta podía condicionar, en cierta medida, la salud mental.
Una investigación realizada por científicos de Burdeos, Francia, y de la Facultad de Medicina y Odontología de la Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea (UPV/EHU), que se pública hoy en Nature Neuroscience, ofrece nuevas claves para comprender este fenómeno.
Según explica la doctora Susana Mato, investigadora del departamento de Neurociencias de la Facultad de Medicina y Odontología de la UPV/EHU, "hemos constatado que en ratones que han sido sometidos a una dieta baja en ácidos grasos poli-insaturados omega-3 presentan niveles cerebrales de AGPO-3 reducidos, y este hecho se asocia a una alteración en el funcionamiento del sistema endocannabinoide".
Más concretamente, la investigadora señala la constatación de "la existencia de un déficit en la señalización del receptor cannabinoide CB1 en la corteza prefrontal del cerebro. Esta proteína -el receptor cannabinoide CB1- se ha relacionado durante la última década, en varios estudios, con los trastornos depresivos".
Por su parte, el doctor Rafael Rodríguez-Puertas, investigador responsable del grupo de Neuroquímica y Neurodegeneración de la Facultad de Medicina y Odontología de la UPV/EHU apunta a que "ciertas formas de plasticidad sináptica que están mediadas por el sistema endocannabinoide cerebral desaparecen específicamente de algunas zonas del cerebro de los ratones con déficit de AGPO-3".
Nuevas posibilidades de estudio
A pesar de que en varios ejemplos de la literatura científica se ha propuesto la existencia de una relación entre una baja presencia en la dieta de AGPO-3 y la aparición de trastornos depresivos, la doctora Mato reconoce que "no se sabe mucho más sobre cómo las modernas dietas occidentales, pobres en AGPO-3, afectan al funcionamiento cerebral y cuál puede ser la base de que haya una mayor incidencia de depresión asociada a un déficit de estos ácidos grasos".
Tal y como apunta el doctor Rodríguez-Puertas, "gracias a los resultados de esta investigación se abren nuevas posibilidades para investigar más a fondo cómo la dieta modifica el funcionamiento del cerebro en general y el del sistema endocannabinoide en particular, y cómo esto se relaciona con los trastornos mentales".
Asimismo, "también refuerza la idea de que la manipulación del sistema endocannabinoide puede ser útil para el tratamiento de los trastornos depresivos, aunque los datos de los que disponemos hasta el momento son muy preliminares para decir cuál sería la manera ideal para manipularlo", apunta la doctora Mato.
Bajo el nombre de Deficiencias nutricionales de omega-3 anulan funciones neuronales del sistema endocannabinoide, esta investigación ha sido liderada por los doctores franceses Olivier J Manzoni y Sophie Layé

Lunes 31 de Enero 2011

Un estudio analizó la influencia de distintos AINEs sobre el riesgo de desarrollar este tipo de cáncer.

El consumo regular de ácido acetilsalicílico en mujeres posmenopáusicas se asocia con una disminución del 20% en el riesgo de desarrollar un cáncer de mama, según los resultados obtenidos en un estudio realizado por un equipo de científicos del Sidney Kimmel Comprehensive Cancer Center, de Baltimore, Estados Unidos, publicado en la revista Breast Cancer Research and Treatment.

El estudio se realizó entre 1992 y 2005 en un total de 26.580 mujeres posmenopáusicas de edades comprendidas entre los 59 y 77 años y analizó la influencia del consumo del ácido acetilsalicílico y también de otros antiinflamatorios no esteroideos (AINEs) sobre el riesgo de este cáncer.

Los resultados indican que las mujeres que tomaban este fármaco regularmente, es decir, entre menos de una vez por semana y más de seis veces a la semana, reducían el riesgo de cáncer de mama en un 20%. Además, los datos apuntan a una relación inversamente proporcional entre la frecuencia de uso del fármaco y el riesgo de tumor.

De hecho, en el grupo que tomaba ácido acetilsalicílico más de seis veces por semana el riesgo resultó ser hasta un 29% inferior comparado con las mujeres que nunca consumían este medicamento. En cuanto a la combinación con otros AINEs, los investigadores observaron una reducción del riesgo si se tomaba ácido acetilsalicílico sólo o en combinación con estos fármacos, pero nunca en mujeres que consumían otros AINEs.

En cuanto al tipo de cáncer, el ácido acetilsalicílico reduce el riesgo en un 23% en los tumores receptores de estrógenos positivos, en un 22% en los receptores de estrógenos negativos, en un 21% en los receptores de progesterona positivos, y en un 27% en los receptores de progesterona negativos.

Según los autores esta investigación sugiere que el uso del ácido acetilsalicílico podría ejercer un efecto "quimiopreventivo" frente al cáncer de mama en mujeres posmenopáusicas, aunque advierten de que "no significa que pueda extrapolarse su consumo diario con este fin".

Martes 01 de Febrero 2011

Este y otros estudios deben servir para que la falta de sueño se considere un problema de salud, a fin de poder mejorar el diagnóstico de este trastorno y poder ayudar a quienes lo padecen


Madrid (1-2-11). - Un estudio de la Mental Health Foundation, en Reino Unido, revela que las personas que duermen mal porque padecen insomnio tienen tres veces más riesgo de sentirse deprimidos o de sufrir problemas de concentración, al tiempo que también son cuatro veces más propensos de tener problemas a la hora de relacionarse.

El estudio se realizó mediante una encuesta online en la que participaron casi 6.800 personas de Reino Unido, donde hasta el 30 por ciento de la población adulta tiene problemas para dormir.

Aunque la muestra puede no ser significativa, ya que los propios autores reconocen que la encuesta pudo atraer más a personas con este problema, los resultados si que muestran una grandes diferencias entre las personas que duermen bien y aquellos que tienen insomnio.

El estudio mostró otros aspectos relacionados con la falta de sueño, como unos ingresos económicos más bajos, lo que se une a otros aspectos que ya se habían asociado a este trastorno en investigaciones previas, como la deficiencia inmunitaria o las enfermedades cardiacas.

Se trata de una especie de espiral, asegura Dan Robotham, autor principal de este estudio, ya que la falta de sueño favorece la aparición de problemas de salud mental que, a su vez, llevan a estos pacientes a dormir peor.


Martes 01 de Febrero 2011

La investigación relaciona este tipo de cáncer con el tabaquismo actual y pasado de la paciente, durante un período de tiempo más largo e iniciado a una edad más temprana.  

El tabaquismo antes de la menopausia, en especial antes de dar a luz, podría estar asociado con un mayor riesgo de desarrollar cáncer de mama, según un estudio del Brigham and Women's Hospital, Estados Unidos, cuyos resultados se publican en la revista Archives of Internal Medicine.

Los investigadores, dirigidos por Fei Xue, utilizaron datos recopilados del Estudio de Salud de las Enfermeras y examinaron registros de 111.140 mujeres de entre 1976 y 2006 con relación al tabaquismo activo y de 36.017 mujeres de entre 1982 a 2006 en cuanto a tabaquismo pasivo. Durante el seguimiento se detectaron 8.772 casos de cáncer de mama.

El desarrollo del cáncer de mama se asoció con una mayor cantidad de tabaquismo actual y pasado, el tabaquismo durante un período de tiempo más largo, la edad más temprana en el inicio del tabaco y un mayor número de paquetes por año de tabaquismo (producto del número de paquetes diarios y el número de años que se fumó esa cantidad).

Los autores señalan que el tabaquismo antes de la menopausia se asoció positivamente con el riesgo de cáncer de mama y que existían indicios en los resultados de que el tabaquismo tras la menopausia podría asociarse con una ligera reducción del cáncer de mama. Esta diferencia sugiere un efecto antiestrógenico del tabaquismo entre las mujeres posmenopáusicas que podría además reducir su ya bajo nivel de estrógenos endógeno.

Sin relación con el tabaquismo pasivo

Por otro lado, no haber fumado nunca y el tabaquismo pasivo en la infancia o la vida adulta no se asociaron con un mayor riesgo de cáncer de mama. La exposición a padres que fumaban mientras vivían en la misma casa, el tabaquismo pasivo en el trabajo o en casa y el número de años que se vivió con alguien que fumaba no se asociaron con mayor riesgo de cáncer de mama.

Según concluyen los autores, los resultados sugerían que, aunque aparentemente no suponía un elevado riesgo para las fumadoras, aquellas que fumaron por más tiempo y una mayor cantidad de cigarrillos eran las que se encontraban bajo un mayor riesgo de cáncer de mama, lo que apoya un efecto independiente y aditivo de varias medidas tabáquicas sobre el origen del cáncer de mama.



Martes 01 de Febrero 2011

Este riesgo se multiplica por siete cuando el consumidor no supera los 45 años, según un estudio del Hospital Clínic de Barcelona.

La Sociedad Española de Cardiología (SEC) alerta de que el consumo de cocaína resulta un problema social y médico creciente en España, y que debe tomarse cada vez más en consideración a la hora de diagnosticar al paciente.
Un estudio realizado recientemente en el Hospital Clínic de Barcelona respalda esta teoría con un alarmante dato, pues, tras evaluar a todos los pacientes atendidos en la Unidad de Dolor Torácico durante un año (3.363 personas), detectaron que los individuos menores de 55 años que habían ingerido este estupefaciente, presentaban un riesgo cuatro veces mayor del habitual de presentar un infarto de miocardio. Otros grandes estudios afirman, incluso, que este riesgo se multiplica por siete en pacientes que no superan los 45 años, por lo que el riesgo parece que aumenta y resulta más prevalente cuanto más joven es el paciente.
Concretamente, el 16% de los pacientes que acudieron al centro catalán con dolor torácico tras haber consumido cocaína, tuvieron un infarto de miocardio. La mayoría de los casos se dieron en varones (en una proporción cuatro veces superior en comparación con los casos de mujeres) y fumadores, con una edad media de 35 años.
El riesgo de tener un episodio de esta índole se multiplica por 24 durante la primera hora tras el consumo de esta droga. Y es que son múltiples los efectos secundarios que la cocaína desencadena y que resultan altamente perniciosos para la salud cardiovascular. Esta droga aumenta el consumo de oxígeno al inducir taquicardia, elevación de la presión arterial y la contractilidad miocárdica, y disminuye su aporte.
Según el Dr. Xavier Bosch, miembro de la SEC, director de la Unidad Coronaria del Hospital Clínic de Barcelona y uno de los autores del estudio, "el hecho de que la cocaína se inhale por vía nasal, hace que se absorba y pase a la sangre de forma inmediata y provoque un aumento brusco de la adrenalina, la coagulabilidad de la sangre y vasoconstricción coronaria, lo que acaba favoreciendo la aparición del infarto, de forma bastante inmediata".
Subestimación del problema
El consumo de cocaína supone el 5% de las consultas a urgencias por dolor torácico entre los pacientes menores de 55 años. Aunque esta molestia en el pecho sea el principal síntoma, también son habituales las palpitaciones, las nauseas, la disnea o el nerviosismo intenso.
Resulta imprescindible que los médicos detecten estos síntomas para que los pacientes puedan ser tratados a tiempo, ya que muchos de ellos no reconocen haber consumido cocaína cuando se presentan en el servicio de urgencias, recuerda la SEC. En este sentido, cabe destacar que, concretamente, el 19% de los pacientes que acudieron a la unidad de dolor torácico del Hospital Clínic de Barcelona, por miedo a que apareciera en su historial clínico, no confesaron haber tomado cocaína, a pesar de detectarse sus metabolitos en la orina.
Otro factor que no contribuye a un diagnóstico adecuado es que el interrogatorio sobre el consumo de estupefacientes suele ser muy variable en los servicios de urgencias y, en cualquier caso, es muy inferior al de los factores clásicos de riesgo coronario. Este hecho resulta bastante contradictorio teniendo en cuenta el creciente aumento del consumo de cocaína en nuestro país durante estos últimos años, lo que ha convertido a España en uno de los países más consumidores, junto a Estados Unidos y Reino Unido.
Según el Informe Mundial sobre las Drogas del año 2009, publicado por la ONU, un 1,4% de la población de Europa occidental entre 15 y 64 años y un 3% de la española son consumidores de cocaína. Estos datos se acentúan en determinados grupos de edad, como los estudiantes de secundaria, entre los que el consumo de esta droga en España se ha multiplicado por cuatro en los últimos 10 años

Lunes 31 de Enero 2011

Un estudio de la Universidad de Granada demostró que, con este método, la ingesta de verduras aumentaba en un 80%

Un gesto tan simple como permitir a un niño pequeño que elija libremente qué verdura le gustaría comer ayuda a aumentar el consumo de estos alimentos en la población infantil, según han comprobado investigadores de la Universidad de Granada.
Para llevar a cabo este estudio experimental, sus autores analizaron los principales factores determinantes del consumo de verdura en niños de menos de 6 años, evaluando la eficacia de una estrategia denominada 'Provisión de elección', consistente en permitir a los pequeños elegir en cada comida qué tipo de verduras deseaban tomar.
Los investigadores trabajaron con 150 niños y niñas en las aulas escolares de cuatro colegios públicos de Granada gestionados por la Fundación Granada Educa, a quienes se les dio la oportunidad de que pudieran elegir la verdura que querían comer durante la comida.
Se les dotó así de la herramienta 'Provisión de elección', con la que comprobaron que el consumo de verduras aumentó hasta en un 80%. Observaron, además, que aquellos niños a quienes se les permitió elegir qué verdura deseaban comer ingirieron 20 g más, lo que supone una media de 40 g más al día entre comida y cena. Teniendo en cuenta que la ración de verduras que se les sirvió fue de 150 g, "se trata de una cantidad muy importante", advierten los autores del trabajo.
Sensibilidad al sabor amargo
Su trabajo también ha revelado que la sensibilidad de los pequeños hacia el sabor amargo de los glucosinolatos contenidos en las verduras -muy presente en las espinacas y acelgas, la col, la cebolla, el cardo o el brócoli-, indicado por la sensibilidad hacia el componente químico 6-n-propylthiouracil (PROP), puede ser un factor sensorial que influye muy negativamente en el consumo infantil. 
La autora principal de esta investigación, pionera en España, es Paloma Rohlfs Domínguez, del Instituto de Neurociencias de la Universidad de Granada, y el trabajo fue dirigido por el profesor Jaime Vila Castelar, del departamento de Personalidad, Evaluación y Tratamiento Psicológico. En el estudio también participaron otros investigadores de la UGR, así como de la Universidad de Wageningen, en los Países Bajos.
Parte de los resultados de este trabajo han sido recientemente aceptados para su publicación en la revista Brain Research Bulletin.

Martes 01 de Febrero 2011

Un estudio con mayores de 55 años mostró que en aquellos que practicaban ejercicio se incrementaba el volumen de su hipocampo en un 2%

El ejercicio aeróbico mejora la pérdida de memoria en las personas mayores y podría impedir el declive cognitivo durante el envejecimiento, según un estudio de la Universidad de Pittsburgh en Estados Unidos, que se publica en la edición digital de la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).
Investigaciones previas habían demostrado que la región hipocampal del cerebro se reduce de forma natural durante la edad avanzada, lo que deteriora la memoria y aumenta el riesgo de demencia. Los investigadores, dirigidos por Arthur F. Kramer, examinaron escáneres cerebrales de 60 adultos sanos de entre 55 y 80 años, antes, durante y después de un programa de ejercicio aeróbico de un año de duración.
Los autores informan que los participantes que caminaban 40 min tres veces a la semana aumentaban el volumen de su hipocampo anterior en alrededor de un 2% durante el transcurso del estudio. Los miembros de un grupo control que participó en un régimen de estiramientos perdió un 1,4% de su volumen hipocampal, un dato consistente con el envejecimiento normal.
Los investigadores plantean que el ejercicio aeróbico fomenta los niveles en suero del factor neurotrópico derivado del cerebro, un componente que se produce de forma natural y que ayuda a generar nuevo tejido cerebral y que posee un papel crítico en la formación de nuevas memorias.
El estudio demuestra, pues, que el hipocampo anterior permanece relativamente activo en la edad avanzada y que el ejercicio aeróbico, incluso si se comienza a realizar en la tercera edad, puede posponer el declive cognitivo asociado a la edad

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