Jueves 25 de Noviembre 2010
Un estudio austríaco en un modelo animal demuestra que la hipercolesterolemia crónica causa pérdida de memoria, inflamación, disfunción colinérgica y un aumento de beta-amiloide en la zona cortical.
Jueves 25 de Noviembre 2010
Un estudio austríaco en un modelo animal demuestra que la hipercolesterolemia crónica causa pérdida de memoria, inflamación, disfunción colinérgica y un aumento de beta-amiloide en la zona cortical.
Jueves 25 de Noviembre 2010
Una investigación halló que en estos casos, los tumores diagnosticados eran más pequeños y menos agresivos que los de las mujeres evaluadas a las edades habituales.
Un estudio reciente, de la Barts and London School of Medicine and Dentistry, Reino Unido, señala que las mamografías practicadas a las mujeres menores de 50 años que tienen antecedentes familiares moderados de cáncer de mama, pueden detectar carcinomas tempranamente e incrementar las probabilidades de supervivencia a largo plazo.
Según publica The Lancet Oncology, investigadores británicos examinaron los resultados de mamografías de 6.710 mujeres que tenían varias parientes con cáncer de mama o al menos una pariente a la que se había diagnosticado la enfermedad antes de los 40 años. Hallaron que a 136 mujeres se les diagnosticó el tumor entre 2003 y 2007.
Estas mujeres, que según los investigadores probablemente no portaban un gen del cáncer de mama mutado BRCA, comenzaron a recibir mamografías a una edad anterior a la recomendada por el National Health Service del Reino Unido, que actualmente ofrece evaluaciones cada tres años a las mujeres de entre 50 y 70 años.
Según los investigadores, los hallazgos mostraron que los tumores eran más pequeños y menos agresivos que los de las mujeres evaluadas a las edades habituales. Además, estas mujeres tenían más probabilidades de estar vivas 10 años después del diagnóstico de cáncer invasivo.
"No nos sorprenden del todo los hallazgos", aseguró el investigador principal, el Prof. Stephen. "Ya existe evidencia de que la evaluación con mamografía de la población para las mujeres menores de 50 año es un poco menos efectiva que a edades posteriores. Sin embargo, las mujeres que tienen antecedentes familiares presentan tejido mamario más denso, lo que dificulta las mamografías, por lo que no estamos seguros de que haya que esperar", anotó el Prof. Duffy. "No excluimos de manera explícita a las mujeres BRCA positivas", agregó, "aunque muy pocas de las que tienen una mutación identificada fueron reclutadas. Debido a que las mujeres tenían antecedentes familiares moderados en lugar de extensos, sospechamos que hubo muy pocos casos entre la enorme mayoría en la que no se evaluaron las mutaciones".
Debate en Estados Unidos
El Prof. Duffy comparó sus hallazgos con el debate actual entre expertos sanitarios estadounidenses, que no se ponen de acuerdo sobre si las mamografías anuales son necesarias a partir de los 40 años, lo que ha sido el estándar durante años. En noviembre de 2009, el Grupo de Trabajo de Servicios Preventivos de Estados Unidos causo una cierta indignación cuando revisó sus recomendaciones acerca de las mamografías y sugirió que podían esperar hasta los 50 años y luego realizarse con un año de por medio.
"Aquí hay dos asuntos", según el Prof. Duffy. "El primero es que existe algo de evidencia de beneficios en mortalidad con las evaluaciones de mujeres entre los 40 y los 50 años, aunque un poco menos que con mujeres mayores. El segundo es que nuestro estudio no se relaciona con la evaluación de la población sino con la vigilancia mamográfica de mujeres preocupadas por sus antecedentes familiares de cáncer de mama o de ovario", explicó. "Este segundo problema es menos controvertido", agregó. "Existe un debate en el Reino Unido sobre la edad de inicio de evaluaciones en la población general, aunque hay menos controversia sobre la vigilancia antes para las mujeres que tienen antecedentes familiares de cáncer de mama".
Para el estudio, se reclutó a mujeres de 76 centros de salud de 34 redes de investigación oncológica, 91% de las cuales tenían entre 40 y 44 años, al comienzo del estudio. La edad promedio de las mujeres era de 42 años. Poco menos de la mitad tenía una pariente a la que se había diagnosticado cáncer de mama antes de los 40 años.
Cerca del 77% de los casos de cáncer de mama diagnosticados en el estudio se detectaron durante la evaluación, lo que da a las mamografías preliminares un índice de sensibilidad de 79%. Los investigadores predijeron un promedio de supervivencia a 10 años de 81% entre las participantes, mientras que los índices de supervivencia para las de los grupos de control fueron predichos en no más de 73%.
Martes 23 de Noviembre 2010
Expertos internacionales se reunieron en un simposio para compartir las nuevas evidencias sobre los beneficios de estos ácidos grasos en la prevención de enfermedades cardiovasculares.
Martes 23 de Noviembre 2010
Los urólogos alertan de la relación entre la nicotina y la incapacidad del varón para tener una erección, debido a los efectos vasoconstrictores de esta sustancia.
Lunes 22 de Noviembre 2010
Los resultados de un metanálisis publicado recientemente en 'The Lancet' abren la posibilidad de utilizar este fármaco centenario para prevenir este tipo de tumor, en combinación con el cribado mediante sigmoidoscopia.
Lunes 22 de Noviembre 2010
Una investigación de la UAM demuestra que los péptidos obtenidos tras la hidrólisis enzimática de proteínas de la clara de huevo producen un efecto vasodilatador directo en las arterias de resistencia.
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Las chucherías están tan instaladas en el día a día de muchos niños y familias que en muchas ocasiones las consideramos un alimento más. Sin embargo, las chucherías deberían ser un "alimento" ocasional debido a sus características nutricionales.
Bien dulces o bien saladas, las chucherías que suelen constituir tentempiés, aperitivos o postres, cuentan con una composición que no las hace demasiado recomendables. Caramelos, regalices, chicles, patatillas... se sitúan en lo alto de la pirámide nutricional, donde aparecen los alimentos superfluos y ocasionales.
Éstos son diez datos sobre las chucherías que deberíamos tener en cuenta antes de ofrecer un caramelo o un aperitivo salado a los niños.
1) Las golosinas aportan mucha energía, pero pocos nutrientes. Por eso, a veces se dice que son "calorías vacías", es decir, que ayudan a aumentar de peso pero no a crecer. Por ello, es preferible elegir otros alimentos que el organismo de los pequeños necesita para crecer saludablemente.
2) No aportan nutrientes esenciales. Su contenido proteico es pobre y lo mismo puede decirse del contenido en vitaminas o minerales que es prácticamente inexistente o poco significativo.
3) Además, en las chucherías suelen emplearse sustancias añadidas que contribuyen a aumentar su atractivo (sabor, color...). Estos aditivos en ocasiones son de dudosa calidad y procedencia.
4) Algunas chucherías presumen de su contenido en leche (barritas o dulces de chocolate con leche...) pero, aunque la contengan, muchas veces va acompañada de gran cantidad de grasa y azúcar.
5) Las chucherías hacen disminuir el apetito a la hora de las comidas. Por ello son especialmente perjudiciales en los niños poco comientes.
6) Las chucherías saladas tampoco son saludables. Los aperitivos salados son productos hechos generalmente a base de cereales, con cantidades variables de grasa y sal. Su composición nutricional suele incluir una pequeña cantidad de proteínas, alrededor de un 45% de hidratos de carbono y de un 50% de grasas, en algunos casos poco saludables.
7) Como hemos señalado en la introducción, deben consumirse sólo de forma ocasional. Si acaso, se puede tratar de fijar un día especial, como las fiestas o cumpleaños, o elegir los fines de semana como momento en el que se permita comerlas. Aunque tampoco conviene que se utilicen como un premio.
8) De acuerdo, vamos a comer golosinas. Pero no queremos acordarnos de ello pronto en el dentista... Hay que asegurarse de que los dientes se lavan también y especialmente después de comer golosinas, no sólo después de las comidas, pues su alto contenido en azúcar hace que constituyan un riesgo de caries. Y es que las chucherías contienen, en muchas ocasiones, azúcares simples. Estos azúcares son fermentados por las bacterias de la placa dental y contribuyen a la formación de caries.
9) Es conveniente que los adultos limiten la cantidad de golosinas y aperitivos salados que se comen en su familia. Hay que acostumbrar a los niños a que no gasten el dinero en golosinas o no las acepten de desconocidos.
10) Una regla de oro consiste en no tenerlas en casa que junto a la otra regla, la de dar ejemplo como padres, ayudará a que las chuches no sean vistas como algo habitual.
Las chucherías y golosinas han empezado a preocuparme, en el sentido de que veo que están al alcance de mi hija mayor muy a menudo. Pero tampoco es una obsesión, y me gusta saber que somos sus padres los que controlan el acceso a las chuches (casi siempre), y que la estamos educando para que entienda que no son lo mejor para ella, que las tiene que consumir con moderación por su salud, y que existen otras alternativas deliciosas.
Por ello me recuerdo a mí misma estos diez datos que todos deberíamos saber sobre las chucherías que probablemente también interesarán a otros padres