Expertos internacionales se reunieron en un simposio para compartir las nuevas evidencias sobre los beneficios de estos ácidos grasos en la prevención de enfermedades cardiovasculares.
(de izq. a dcha) Sr. Aquilino García, Dr. José María Ordovás, Dr. Xavier Pintó, Dr. Pedro Mata y Dr. Gerard Bannenberg, durante la inauguración del congreso.
El consumo de ácidos grasos Omega-3 puede proteger frente a enfermedades relacionadas con los procesos inflamatorios, tales como patologías neurodegenerativas y determinados tipos de càncer, como el de próstata, colon y mama.
Así lo afirman recientes estudios presentados en el marco del simposio Los Omega-3: en la salud y en la enfermedad, celebrado recientemente, que contó con la presencia de prestigiosos investigadores del Karolinska Institute de Suecia, de la Universidad de Harvard o la Tufts University Medical Center, ambos en Estados Unidos, además de representantes de varias instituciones nacionales. El simposio, en el que se compartieron las últimas investigaciones sobre los ácidos grasos Omega-3, aportó nuevas evidencias también sobre los beneficios de estos ácidos grasos para prevenir enfermedades cardiovasculares.
De los estudios realizados se desprende también que la cantidad y la calidad de los ácidos grasos Omega-3 son determinantes en cuanto a su efectividad en la prevención de las enfermedades. En este sentido, los expertos apuntan a la necesidad de disponer de suplementos purificados y de alta calidad, exentos de contaminantes, como requisito imprescindible para su uso extensivo en la práctica clínica.
Prevención a través de la dieta
Según investigaciones recientes, las acciones antiinflamatorias de los ácidos grasos Omega-3 provienen de su capacidad para infuir en mecanismos moleculares que disminuyen la capacidad proliferativa celular y la síntesis de sustancias mediadoras en los procesos inflamatorios. Además, los ácidos grasos Omega-3 podrían favorecer la muerte de determinadas células que intervienen en el desarrollo del cáncer.
A este respecto, a partir de estudios con modelos animales de cáncer de próstata, el Dr. Kenneth Honn, Profesor del Departamento de Patología y Química en la Wayne State University Medical School, constató que los ácidos grasos Omega-3 consiguen modular las enzimas implicadas en el desarrollo de la inflamación y de cánceres como el de próstata. Así, Honn apuntó los potenciales efectos positivos de las dietas suplementadas con Omega-3.
Respecto a la prevención de las enfermedades cardiovasculares, primera causa de muerte por enfermedad en España, el Dr. Emilio Ros, Jefe de la Unidad de Lípidos del Hospital Clínic de Barcelona y miembro del CIBER de Obesidad y Nutrición, también señaló la evidencia de estudios prospectivos y clínicos que sugieren que con dosis diarias de 0,5 a 1,8 g de ácidos grasos Omega-3 EPA y/o DHA, es posible reducir significativamente los episodios cardíacos isquémicos, entre otros mecanismos, porque ayudan a mantener los niveles de presión arterial dentro de los límites normales.
Por su parte, el Dr. Jaume Dalmau, Jefe de la Sección de la Unidad de Nutrición y Metabolopatías del Hospital Infantil La Fe de Valencia, sostuvo que los ácidos grasos Omega-3 ejercen efectos beneficiosos en la infancia y adolescencia, como el desarrollo de una óptima agudeza visual y la prevención de enfermedades cardiovasculares, y pueden contribuir a un mejor desarrollo cognitivo en niños prematuros y recién nacidos.
Para conseguir un efecto preventivo real, estudios recientes sostienen que es clave tomar estos ácidos grasos Omega-3 con una concentración de 70-80% de EPA y DHA y una ingesta mínima de 1 g diario de estos ácidos grasos. Estos ácidos grasos no los puede producir el organismo humano y deben ser incorporados a través de la dieta, fundamentalmente con el consumo de pescado azul.
El congreso estuvo organizado por Expertomega3, una plataforma impulsada por Ferrer y Solutex para promover la investigación en Omega-3.
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