La Neumonía es un proceso inflamatorio agudo del pulmón, provocado por agentes infecciosos, aunque también puede ser provocada por agentes físicos o químicos bien inhalados o por aspiración del contenido gástrico cuando el nivel de conciencia es bajo o existe algún trastorno de la deglución. Distinguimos tres categorías:
Por la forma de presentación distinguimos:
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Las causas más frecuentes de las neumonías típicas son las de origen bacteriano, especialmente el Streptococo pneumoniae responsable del 20 al 70% de las mismas. Otros gérmenes responsables son el Mycoplasma pneumoniae, Chlamydia pneumoniae, Haemophilus influenzae, virus influenza A, Coxiella burnetii y Legionella pneumóphila. Los gérmenes implicados en las neumonías atípicas son el M. Pneumoniae, C. Pneumoniae, Legionella y virus. La tuberculosis puede presentarse también como una neumonía y hay que tenerla en cuenta en el diagnóstico. Las neumonías son más graves en pacientes con enfermedades crónicas como bronquitis crónica, diabetes, ancianos, alcohólicos, enfermedades del hígado (cirrosis), insuficiencia renal y tumores. En pacientes de más de 65 años es más frecuente además del S. Pneumoniae el Haemophilus influenzae, los bacilos gram negativos provenientes de la orina, el Staphylococcus aureus, la Legionella y los virus. |
Si usted presenta de forma brusca fiebre, precedida o no de escalofríos, tos con expectoración purulenta y dolor en algún costado o en el pecho que se acentúa al respirar profundamente, que incluso le corta la respiración, puede usted tener una neumonía. |
Si se trata de un paciente joven o sin enfermedades importantes, con buen estado general no tiene gran sentido seguir realizando pruebas ya que sólo se alcanza el diagnóstico etiológico (de la causa) entre el 30 al 50% de las neumonías.
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