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Comer solo proteínas o sólo fruta no es un buen camino para perder peso. Las dietas que se basan en la sobreingesta o eliminación de determinados grupos de alimentos no son aconsejables, pues es esencial mantener un aporte proporcionado de carbohidratos, grasas y proteínas para obtener una pérdida de peso gradual que no afecte negativamente a la salud.
Una alimentación óptima obtiene el total del aporte energético de la siguiente forma
50% Hidratos de Carbono |
30-35% Grasas |
15% Proteínas |
Sin embargo, cuando se trata de perder peso, el primer paso es reducir el consumo total de calorías al día. Al bajar el consumo total de calorías, hay que consumir menos de todo. También de carbohidratos.
55% Hidratos de Carbono |
25% Grasas |
20% Proteínas |
Lo que se plantea es subir el porcentaje de hidratos y proteínas sobre el total del aporte enegético a costa de reducir el de las grasas. Los hidratos a consumir son principalmente verduras, hortalizas, legumbres, cereales y frutas, que a su vez nos garantizan un aporte apropiado de vitaminas, minerales y fibra. La fibra nos ayudará a obtener mayor sensación de saciedad a la vez que es fundamental para mantener un correcto ritmo intestinal,
El motivo, el valor promedio de los carbohidratos viene a ser de 4 calorías por gramo, similar al de las proteínas e inferior a las grasas que aportan 9 calorías por gramo y apenas tienen efecto saciante.
Origen y procedencia de las proteínas: la clave
En esta distribución de alimentos hay también que buscar que las proteínas procedan de carnes magras, como el pavo, pollo sin piel o conejo. A la hora de tomar pescados hay que inclinarse por el pescado blanco, -merluza, gallo, pescadilla, rape...-. Su ventaja frente al pescado azul, su menor contenido en grasas. No obstante, el pescado blanco es generoso en proteínas de buena calidad y rico en minerales como yodo, selenio o en vitaminas como B6 y E.
Otra de las proteínas muy recomendables en las dietas de adelgazamiento son las procedentes de los moluscos, - sepia, calamar y pulpo-. Su carne aporta proteínas en cantidad y calidad equiparables a la de la carne de ternera, pero sin nada de grasa. Por otra parte, son alimentos muy ricos en agua.
No hay que olvidar que cuando se come menos, hay que beber más. En las dietas de adelgazamiento, hay que ingerir más líquido porque se come menos. Una gran parte del líquido que necesitamos proviene de los alimentos. Si estos se reducen, también se reduce el agua.
Hay que comer un poco de todo, pero controlando las cantidades o las raciones. Las dietas hipocalóricas que se caracterizan por comer muy poco, son sólo efectivas a muy corto plazo, porque no son sostenibles en el tiempo. Mientras que las dietas milagro resultan un mal negocio para la salud. Se caracterizan por excluir de la dieta numerosos alimentos, cuyos nutrientes son necesarios para el organismo, provocando deficiencias de proteínas, vitaminas y minerales, indispensables para el buen funcionamiento del organismo. |
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