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Madrid (20-7-10).- El cáncer de próstata sigue siendo una de las enfermedades con mayor incidencia en España, cobrándose cada año la vida de 5.800 varones. Una cifra que contrasta con el hecho de que con una detección a tiempo y la aplicación de tratamientos adecuados las posibilidades de curación son superiores al 90 por ciento. Para ello hay que someterse a revisiones periódicas que permitan el diagnóstico precoz, aun cuando no existan síntomas.

Y es que el cáncer de próstata en sus primeros estadios es asintomático. Por ello, el Círculo de Braquiterapia Prostática (CBP) recomienda que los varones empiecen a someterse a revisiones anuales urológicas a los 50 años (45 años si existen antecedentes familiares), edad de mayor riesgo a padecer este tipo de tumor, aunque no se detecte malestar alguno.

Una vez que empiezan a aparecer indicios es señal de que el tumor se encuentra bastante avanzado, lo que disminuye la eficacia de los tratamientos y aumenta la aparición de efectos secundarios. A pesar de ello, hay que tener en cuenta cuáles son esos síntomas para acudir de inmediato al especialista ante la aparición de cualquiera de ellos. Estos suelen estar relacionados con problemas en la micción debido a que el crecimiento del tumor presiona la vejiga y la uretra. Algunos síntomas son incapacidad, dificultad, dolor o ardor al orinar, menor intensidad o fuerza en la evacuación, presencia de sangre en la orina o micción frecuente pero en poca cantidad. También pueden indicar la existencia de cáncer de próstata las molestias en la parte inferior de la espalda o en la pelvis y las eyaculaciones dolorosas.

En ocasiones la aparición de estos síntomas no es determinante de la presencia de un tumor, ya que puede responder a la hipertrofia prostática benigna (HPB) o, lo que es lo mismo que se produce con el paso de los años. El HPB no es cáncer ni tampoco acaba convirtiéndose en él, pero sí provoca molestias relacionadas con la vejiga y la uretra. Por ello, es fundamental la visita al urólogo para que determine con exactitud el estado en el que se encuentra la próstata.

Además de aumentar las posibilidades de curación y de evitar las molestias provocadas por el tumor, el diagnóstico precoz permite la aplicación de tratamientos poco invasivos que minimizan los efectos secundarios y mantienen la calidad de vida del paciente.

Tal es el caso de la braquiterapia prostática, una técnica que puede realizarse cuando el tumor se encuentra en su fase inicial o en grados intermedios. Consiste en la implantación de semillas radioactivas de Iodo-125 directamente en el interior de la próstata mediante unas finas agujas que se inyectan a través del perineo. Es de carácter ambulatorio y la mayoría de los pacientes recibe el alta el mismo día del implante o, a lo sumo, el día siguiente.

Debido a la exactitud del implante de las semillas, los órganos sanos adyacentes (recto y vejiga) prácticamente no se ven afectados, por lo que los efectos secundarios habituales, tales como la impotencia y la incontinencia urinaria, se reducen casi al completo. De hecho, se ha demostrado que la braquiterapia prostática es la técnica que logra una mejor calidad de vida del paciente frente a otros procedimientos.

Martes 20 de Julio del 2010

¿Qué es la prostatitis?

La prostatitis es la inflamación de la glándula prostática que se desarrolla gradualmente, continúa por un período prolongado y los síntomas son muy sutiles de inicio.

La prostatitis se detecta en 5 de cada 1,000 pacientes ambulatorios y se estima que no menos del 35% de los hombres mayores de 50 años pueden tener prostatitis crónica. El aumento de riesgo se asocia en hombres mayores de 30 años.


¿Qué la ocasiona?

Es causada generalmente por una infección bacteriana y puede estar asociada o ser secundaria a una infección del tracto urinario, a una uretritis, epididimitos o a una prostatitis aguda. Las bacterias más comunes son la Escherichia coli, Proteus, Enterobacter y la Klebsiella.

Existen ciertos factores que pueden predisponer a una persona a desarrollar prostatitis crónica, tales como: El consumo excesivo de alcohol, lesión perineal y ciertas prácticas sexuales (particularmente sexo anal sin condón). Se ha planteado que estos factores pueden causar congestión de la glándula prostática que ofrece un excelente terreno para la reproducción de diversas bacterias.

SÍNTOMAS

La sintomatología de la prostatitis leve se caracteriza por dolor de espalda, dolor perineal o en el piso pélvico, dolor testicular, ardor a la micción (orinar), dolor con la eyaculación y puede haber dolor con el movimiento intestinal. Lo anterior aunado al antecedente de infecciones del tracto urinario frecuente o recurrente.

También es posible que no se presenten síntomas, o que además de los anteriores se presente incontinencia y una coloración anormal de la orina.

DIAGNÓSTICO

Se realiza primeramente con el examen físico, en el que podemos encontrar una próstata agrandada y ligeramente sensible, al igual que ganglios linfáticos inguinales agrandados y/o sensibles, hinchazón escrotal, sensibilidad y secreción uretral.

En los estudios de laboratorio y específicamente en orina se practica el cultivo y el análisis. Para esto es necesario recoger la orina en tres momentos diferentes: 1 chorro inicial, 2 chorro intermedio, 3 masaje prostático posterior hecho por el examinador. Este estudio de orina revela el incremento de los GBS (glóbulos blancos sanguíneos) y el crecimiento bacteriano en el cultivo de orina nº 3. Las secreciones prostáticas contienen altos niveles de los GBS y mayor crecimiento bacteriano concentrado en el cultivo. El cultivo de semen también puede mostrar aumento en el número de glóbulos blancos y una disminución en el número de espermatozoides con motilidad pobre.

TRATAMIENTOS Y RECOMENDACIONES

El tratamiento de la prostatitis crónica es a base de una combinación de medicamentos, cirugía y cambios en el estilo de vida.

ANTIBIOTICOTERAPIA: La prostatitis crónica se trata con una extensa gama de antibióticos, entre los más comunes están trimetoprim-sulfametoxazol y ciprofloxacino, pero se puede utilizar Carbenicilina, Eritromicina, Nitrofurantoina y Tetraciclina. Pero lo recomendable es utilizar el antibiótico específico con base a los resultados del cultivo y el antibiograma.

El curso de la terapia con antibióticos es largo, con frecuencia de 6 a 8 semanas y probablemente mucho más. La mayoría de los antibióticos no pueden penetrar adecuadamente el tejido prostático y, a menudo, los organismos infecciosos persisten a pesar de los largos períodos de tratamiento. Después de haber terminado la terapia de antibióticos, es común que se presente recurrencia de los síntomas, por lo que hay que dar seguimiento y asegurarse que la bacteria fue erradicada.

Los laxantes ligeros se pueden recomendar para reducir la molestia asociada con los movimientos intestinales.

CIRUGÍA: Puede realizarse una resección transuretral de la próstata si el tratamiento con antibióticos no es efectivo o se presenta recurrencia frecuente. Este tratamiento quirúrgico no se realiza por lo general en hombres jóvenes, ya que trae consigo riesgos potenciales de esterilidad, disfunción eréctil e incontinencia.

RECOMENDACIONES

Se recomienda la micción completa y frecuente para disminuir los síntomas de urgencia y frecuencia urinaria, aumentar el consumo de líquidos (2,000 a 4,000 ml por día) para facilitar la micción frecuente y con ello barrer las bacterias de la vejiga y disminuir los síntomas urinarios (hay que evitar los líquidos que irriten la vejiga, tales como: El alcohol, los jugos cítricos, los alimentos picantes o calientes y la cafeína). No todos los tipos de prostatitis se pueden evitar, pero se pueden prevenir aquellos que están asociados con enfermedades de transmisión sexual, teniendo un comportamiento sexual seguro.

COMPLICACIONES

Una de las complicaciones cuando el crecimiento prostático restringe el flujo urinario es la retención urinaria que puede causar daño renal.

¿Qué es la Hiperplasia Benigna de Próstata?

Es el aumento del tamaño de la glándula prostática producido por un aumento relativo de los estrógenos (hormonas femeninas) sobre la testosterona (hormona masculina) que aparece con la edad en los hombres.

¿Cuáles son las causas?

Las células de la próstata poseen receptores sensibles a la testosterona y a los estrógenos, cuando el equilibrio varía por la edad este desequilibrio estimula la producción de factores de crecimiento celular originando el progresivo aumento de tamaño de la glándula que puede ser variable dependiendo de otros factores.

Otros factores predisponentes al aumento del tamaño de la próstata son la existencia en personas mayores de 70 años, de obesidad, hipertensión, intolerancia a los hidratos de carbono por resistencia a la insulina y alteraciones en las grasas de la sangre. En estos casos el volumen prostático es cuatro veces superior y más rápido que en personas de la misma edad sin estos factores añadidos.

SÍNTOMAS

Al ser el crecimiento prostático un proceso lento los síntomas aparecen progresivamente, se llama prostatismo y aparecen secuencialmente entre ellos los principales son: dificultad para orinar, chorro urinario de poca fuerza, necesidad de orinar frecuentemente, necesidad de orinar por la noche, necesidad de apretar para conseguir vaciar la vejiga el acto de orinar, se realiza en dos tiempos con chorro entrecortado, sensación de que la vejiga no se vacía completamente, dificultad para iniciar la micción, goteo de orina al acabar, sensación imperiosa de orinar.

En ocasiones puede llegar a producir síntomas más graves como son la imposibilidad absoluta para orinar (retención urinaria), infecciones urinarias, la presencia de sangre en la orina o la alteración de la función de los riñones. El pronóstico es impredecible y variable ya que puede permanecer estable o con cuadros más agudos en brotes o aumentar progresivamente o a veces debutar con una retención urinaria aguda.

En la mayor parte de los casos es un desarrollo progresivo. En algunos casos mejoran sólo disminuyendo la ingesta de líquidos.

TRATAMIENTOS Y RECOMENDACIONES

Como tratamiento medicamentoso se utilizan : Las Hormonas , como los inhibidores de la 5 alfa reductasa (Finasteride). Se utiliza en períodos largos de 6 meses para que su eficacia sea óptima, pudiendo lograr una reducción del 30% del volumen de la próstata en la mayoría de los casos. Si el efecto es el esperado se mantiene durante años. Los fármacos alfa bloqueantes selectivos , como la alfuzosina, la doxazosina, la tamsulosina y la terazosina.

Estos medicamentos actúan relajando los músculos de la salida de la vejiga, de la uretra y de la próstata, mejorando la dificultad para orinar en más de la mitad de los pacientes. Se utiliza la cirugía en los casos no controlados de retención de orina, infecciones repetidas de orina por la obstrucción prostática, en caso de presencia de sangre en la orina proveniente del adenoma prostático, en caso de formación de cálculos en la vejiga o si aparecen divertículos vesicales en el estudio realizado. La cirugía de la Hipertrofia benigna de próstata es muy efectiva con los síntomas pero tiene muchos efectos secundarios, por ello la decisión debe ser muy pensada.

De modo simplificado, se puede decir que hay dos procedimientos quirúrgicos: la resección transuretral de la próstata y la adenomectomía prostática abierta. La resección transuretral prostática se realiza pasando un instrumento a través de la uretra que cortar mediante energía eléctrica la próstata, consiguiendo mejorías en un 70 a un 90% de los pacientes. La adenomectomía prostática se realiza mediante una incisión quirúrgica en el abdomen y por ello suele tener más complicaciones pero el éxito de la intervención es mayor que en la otra técnica ya que no suele exigir reintervenciones.

Existen otros métodos alternativos en fase de desarrollo. Uno es la dilatación de la uretra que se realiza mediante la colocación de una prótesis en la uretra prostática, que se dilata con un sistema hinchable. Otro método es la destrucción del tejido prostático con agujas que emiten radiofrecuencias, o por hipertermia y termoterapia, capaces de destruir parte de la próstata mediante el calor sin lesionar los tejidos alrededor de la misma.

¿Qué es el Testículo no descendido (criptorquidia)?

Es una condición que se ve en los recién nacidos cuando uno o ambos testículos no se localizan dentro del escroto. El 30 % de los casos son bilateral. El testículo no descendido es mas comúnmente visto en niños prematuros porque los testículos no han descendido aún del abdomen hacia el saco escrotal hasta el sétimo mes de gestación.

¿Qué causa el testículo no descendido?

El testículo no descendido puede ocurrir por muchas razones. Mientras que la prematuridad es la primera causa, otras causas pueden incluir desordenes hormonales, espina bífida, testículo retráctil (un reflejo causa que el testículo se suba del escroto hacia la ingle), o la ausencia testicular.

¿Quiénes se afectan con el testículo no descendido?

  • El testículo no descendido ocurre aproximadamente en el 3.5% de los recién nacidos varones a término.
  • El 30% de los recién nacidos prematuros varones tienen un testículo no descendido.
  • Hay también un factor genético: 6% de los padres de varones con testículo no descendido también han padecido la misma condición.
  • En casos raros, los niños que han sido sometidos a una intervención quirúrgica reparadora de una hernia inguinal, pueden desarrollar testículo no descendido.

¿Cuáles son los síntomas del testículo no descendido?

E Un testículo no palpable (no se puede tocar al momento del examen) es el síntoma más común de la criptorquidia. Sin embargo, cada niño puede experimentar síntomas diferentes. Siempre consulte con su cirujano pediatra para un buen diagnostico.

¿Cómo se diagnostica el testículo no descendido?

El diagnóstico del testículo no descendido es hecho en base a una buena historia clínica y al examen físico. Se puede confirmar con ayuda de una ecografía.

¿Cuál es el tratamiento para el testículo no descendido?

 

Generalmente el testículo no descendido se resuelve sin ninguna intervención cuando el lactante alcanza los 6 meses de edad. En esos momentos el testículo desciende del canal inguinal dentro del escroto. Si el testículo no desciende a esta edad sus posibilidades son menores para descender por si solo pero se puede esperar hasta el año de edad.

El tratamiento puede incluir:

  • Terapia hormonal.-   La administración de ciertas hormonas puede estimular la producción de testosterona, la cual ayuda a que el testículo descienda dentro del escroto. Esto no es usado en forma rutinaria para el tratamiento del verdadero testículo no descendido.
  • Tratamiento quirúrgico.-     La reparación quirúrgica para localizar el testículo no descendido y colocarlo dentro del escroto debe ser recomendada por su cirujano pediatra de confianza. Esta cirugía, llamada orquidopexia, es usualmente realizada entre el año  y los dos años de edad, y es exitosa en un 98% de los niños con este problema.

Si el la criptorquidia no es solucionada a tiempo, las siguientes complicaciones pueden ocurrir conforme el niño crece:

  • Infertilidad-   cuando ambos testículos son los afectados
  • El riesgo de cáncer testicular se incrementa considerablemente para la edad de 30 a 40 años.
  • La hernia inguinal, el saco herniario siempre se acompaña con el testículo no descendido.
  • La torsión testicular, la rotación del testículo puede causar dolor debido a una menor irrigación de sangre.
  • Trastornos psicológicos como consecuencia de un

¿Qué es un hidrocele?

El hidrocele es una acumulación de líquido en el interior de una bolsa que rodea al testículo y que forma la llamada "túnica vaginal". Este problema es de naturaleza completamente benigna.

¿Cómo se desarrolla un hidrocele?

Durante los últimos meses de gestación, los testículos migran desde el lugar de su formación en el interior del abdomen a su localización definitiva en la bolsa escrotal. En este camino arrastran una capa de peritoneo (capa que recubre la cavidad abdominal) que formará la "túnica o proceso vaginal" del testículo. Existen dos tipos de hidrocele:

Comunicante

En la que persiste una comunicación entre la cavidad peritoneal y la "túnica vaginal", y que afecta con más frecuencia a niños. La mayoría cierra espontáneamente durante el primer año de vida, aunque si el hidrocele es grande puede asociar una hernia de contenido intestinal

 

No comunicante

Que afecta fundamentalmente a varones de más de 40 años y tiene larga evolución. De origen desconocido en la mayoría de los casos, puede ser en ocasiones causado por traumatismos, infecciones o tumores del testículo.

¿Es peligroso el hidrocele?

Los niños con hidrocele habitualmente presentan un bulto en el escroto que es pequeño y compresible por las mañanas (tras permanecer tumbado durante el sueño), pero que a lo largo del día se vuelve más grande y tenso. Esto indica que existe una pequeña comunicación entre la cavidad peritoneal y la "túnica vaginal". Los niños rara vez experimentan alguna molestia por el hidrocele.

El hidrocele habitualmente no produce síntomas, aunque en ocasiones puede producir una sensación de pesadez o causar molestias por su tamaño.

¿Qué hacer si sospecha que tiene un hidrocele?

Si nota algo extraño sobre la forma o tamaño del escroto, póngase en contacto con su médico inmediatamente. El médico puede diagnosticar generalmente el problema, poniendo una luz bajo el escroto que ilumina la bolsa que contiene el líquido. El hidrocele, a diferencia de una masa sólida del testículo, se ilumina al poner una luz bajo el escroto. Si tiene alguna duda, una exploración por ultrasonidos confirmará el diagnóstico.


 

¿Cómo se trata el hidrocele?

En los niños

Se produce en muchas ocasiones el cierre espontáneo de la comunicación y, por tanto, la desaparición del hidrocele a lo largo del primer año de vida. Por ello, la operación debe posponerse hasta haber transcurrido esta fecha, excepto en aquellos casos en los que exista una hernia asociada. El procedimiento consiste en cerrar la comunicación existente a través de una pequeña incisión en la ingle.

En los adultos

El tratamiento se indica en aquellos casos en los que existe dolor o alteración estética, y consiste en una sencilla intervención en la que se evacúa el contenido y se realiza una extirpación de la "túnica vaginal". El tratamiento mediante vaciado intermitente o vaciado con la introducción de un agente esclerosante ofrece unos pobres resultados.
¿Qué es el varicocele?

Consiste en un aumento del volumen del escroto producido por una dilatación de las venas que recogen el riego sanguíneo de los testículos. Es un problema muy común, pues afecta al 10-15% de los varones jóvenes, y en el 90% de los casos se presenta en el lado izquierdo, debido a la disposición de las venas en ese lado.

¿Cómo se desarrolla el varicocele?

Hay varias hipótesis, pero parece que la disposición anatómica del sistema venoso (sobre todo en el lado izquierdo) y un mal funcionamiento o ausencia de las válvulas que poseen las venas para evitar el reflujo de sangre, asociados al efecto de la gravedad, conduce al cúmulo de la misma en el interior de las venas y a su dilatación progresiva.

¿Qué síntomas produce?

A veces lo nota el propio paciente (si es de gran tamaño), pero en muchas ocasiones se descubre por casualidad durante un reconocimiento rutinario. Si el varicocele se hace demasiado grande, el paciente puede notar una pesadez o dolor en el lado correspondiente del escroto.

¿Cómo se diagnostica un varicocele?

La simple inspección del paciente estando en pie permite su detección, pues en posición de tumbado puede desaparecer. Si existen dudas, se le hace aumentar la presión abdominal (por ejemplo, toser) para que resulte más evidente. El testículo de ese lado puede estar algo disminuido de tamaño y tener menor consistencia respecto del contralateral.

La ecografía Doppler puede confirmar el diagnóstico. Hoy en día, otros métodos más invasivos no son precisos por este motivo.

¿Existe una relación entre el varicocele y fertilidad reducida?

El varicocele puede estar relacionado con la fertilidad reducida en los hombres. Si tiene dificultades en fecundar a su pareja y un reconocimiento revela que tiene alteraciones del esperma, así como un varicocele, en algunos casos una operación puede aumentar la fertilidad.



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