Usted está en la calle o en el centro comercial y su hijo ante su negativa de comprar algo o hacer una determinada actividad se enoja en forma exagerada, grita, llora y se tira al suelo. Esto le sucede con mayor frecuencia de lo esperado y realmente no sabe bien que hacer, piensa que el niño es nervioso, que puede tener un problema neurológico, psicológico, que es su personalidad, etc. Tal vez lo más probable que lo que necesite el niño sea una adecuada enseñanza de límites, sin violencia ni rigidez pero si, con firmeza y coherencia. |
Los chirlos o palmadas no solucionan en nada la situación y recuerde que quien pega a un niño está enseñando a pegar.
La presencia de berrinches, rabietas, crisis de llanto, es habitual en niños pequeños desde el año y medio hasta los 3 a 4 años de vida.
Estos patrones de conducta se relacionan con la época de vida del niño, en la cual se siente más independiente, con deseos de autonomía y marcado egocentrismo
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Se dice que a dicha edad están en plena etapa del desarrollo del ego (yo) y del negativismo (todo o casi todo es no).
El conocer esto es de capital importancia para realizar un buen manejo de los primeros episodios de berrinches para evitar crear un mal hábito y saber controlar los próximos si se produjeran nuevamente.
En la aparición de estos episodios, intervienen además de la personalidad del niño y los cambios que en él se generan, otros factores a los cuales se los debe trabajar con el objeto de modificarlos.
Entre estos factores se destacan la sobreprotección, una disciplina demasiado estricta y rígida, el cansancio de los padres, la impaciencia y el mal humor.
Es muy importante que los padres mantengan una actitud coherente y constante, debiendo estar entre sí de acuerdo en el manejo del niño con berrinches y rabietas.
La actitud que asuman los padres en esos momentos es fundamental ya que de la misma dependerá en gran parte como el niño se comporte en el futuro.
Se recomienda no responder con agresión, ni perder los estribos ya que esto generará más inseguridad en el niño y por consiguiente persistencia del problema.
Además los niños imitan estas actitudes de violencia (tirar objetos, pegar a otros niños, gritos, insultos, etc.), por lo cual se recomienda actuar con autoridad y no violentamente.
Que hacer?
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Comentario Final
No hay dudas que si los padres son pacientes, sensatos, con buen tacto y sentido del humor, el manejo y la aparición de berrinches y rabietas serán un hecho aislado.
Pero es necesario remarcar que estos episodios son patrones de conducta normal en los niños pequeños que ayudan a forjar la personalidad y su carácter.
Todos los niños necesitan ser guiados en sus pautas para la sociabilización más adecuada.
Los padres son los encargados de enseñar con el ejemplo además de las palabras.
La violencia genera violencia e inseguridad
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