¿El chocolate causa acné? ¿El alcohol agrava la rosácea? ¿Los cítricos provocan urticaria? ¿El queso rallado produce aftas? ¿La leche calma la psoriasis? La sabiduría popular a menudo atribuye a ciertos alimentos poderes sobre la salud de la piel. Sin embargo, pocos cuentan con evidencias científicas que confirmen que constituyen la causa o que tienen efectos sobre las afecciones dermatológicas más frecuentes. El mejor ejemplo es el chocolate. No sólo es el alimento prohibido, si de perder peso se trata, sino que nadie lo recomendaría a un adolescente con acné, ni a un chico con tendencia a tener urticaria o a quien tiene rosácea. Pero aunque durante años se lo culpó de causar o empeorar el acné, la verdad demostrada es que aporta gran cantidad de calorías y que puede obstruir las arterias, no los poros. Los especialistas coinciden en que la herencia tiene más peso en la aparición de esas erupciones faciales. "Dieta y acné es un tema controvertido. Algunas investigaciones cuestionan lo referido por pacientes con acné en cuanto a los factores que ellos consideran la causa o el empeoramiento del problema", explicó la doctora Ana Kaminsky, profesora de dermatología de la Universidad de Buenos Aires. Las encuestas sobre las causas del acné colocan a los alimentos en el tercer lugar, luego de los factores hormonales y la herencia genética. Pero caen al sexto lugar como agravante del acné, después del estrés (71%), la suciedad (62%), el calor y la humedad (54%), los cosméticos (46%) y el sudor (45 por ciento). Lo cierto es que ningún estudio demostró que consumir alimentos sea su causa directa, aunque se suele recomendar una dieta equilibrada para evitar potenciar la frecuencia y la apariencia de esos granitos. Beber agua, evitar abusar de alimentos grasos, procesados o refinados y aumentar la cantidad de frutas y verduras, en especial las ricas en betacaroteno, vitamina C y vitamina E, conservarán la piel sana. Aunque algunos expertos le atribuyen a los productos lácteos, los cereales de caja y las barras energéticas la capacidad de provocar reacciones acneiformes, lo cierto es que en los pacientes con acné clínicamente sanos, en los que no se ha demostrado ninguna otra alteración, la dieta es un mito, según afirmó Kaminsky. "Nunca curé a un paciente con una dieta, pero si el paciente manifiesta que alguna comida le hace mal, le digo que no lo coma." Las personas con rosácea, en cambio, deben evitar aquellos alimentos y bebidas que provocan enrojecimiento de la piel, como el alcohol, las comidas picantes o las bebidas calientes para prevenir la dilatación y la constricción de los vasos sanguíneos de la piel. "En la rosácea, los alimentos tienen uno de los efectos más notorios que existen sobre una enfermedad de la piel", dijo el doctor Eduardo Rodríguez, profesor de dermatología de Universidad del Salvador, en conversación telefónica desde Rosario, donde participa del XXVIII Congreso Argentino de Dermatología. La rosácea es un trastorno de la edad adulta, que afecta más a las mujeres que a los hombres y se caracteriza por el enrojecimiento de las mejillas, la nariz y la frente, la aparición de erupciones y pústulas en las mejillas y de "arañitas" vasculares en la cara. Cuidar la alimentación previene la aparición de brotes sucesivos, que van lesionando la piel de la cara y dañan su estética. Una encuesta realizada por la Sociedad Nacional de Rosácea (NRS, según sus siglas en inglés) de Estados Unidos demostró que el vino tinto encabeza la lista de desencadenantes de brotes. La NRS recomienda evitar el hígado, el yogur, el chocolate, la salsa de soja, el vinagre, las berenjenas, la espinaca, el tomate, los cítricos y la banana. Pero el alcohol no sólo influye en la rosácea. También puede empeorar la psoriasis, enfermedad inflamatoria crónica y no contagiosa que produce descamación de la piel. "Aunque pocos pacientes dicen que algunos alimentos le empeoran la enfermedad, no existe hasta el momento ninguna demostración fehaciente de que la comida influya de alguna manera en la aparición o el empeoramiento de la enfermedad -explicó el doctor José María Cabrini, secretario científico del congreso-. Conviene que los pacientes con psoriasis severa, en especial cuando esté acompañada de picazón, adopten una dieta equilibrada para hacer más tolerables las medicaciones a utilizar." Otro problema en el que ciertos hábitos alimentarios previenen o favorecen su aparición es el herpes. Aumentar el consumo de alimentos ricos en lisina, como los productos lácteos descremados, ayuda a evitar la aparición de las ampollas febriles características en los labios y alrededor de la boca. En cambio, ingerir nueces, maní y chocolate favorece la infección. Llagas molestas Aunque la mayoría atribuye al estómago el origen de las tan irritantes y molestas llagas bucales, o aftas, los expertos lo atribuyen a una predisposición genética. "En realidad, no hay comidas que se deban prohibir a un paciente con aftas -aseguró la dermatóloga Silvina González, estomatóloga del Hospital de Clínicas-. En una persona con tendencia genética a tenerlas, puede influir cualquier desencadenante." Entre los alimentos que se asocian a la posibilidad de desencadenar brotes, González incluyó el tomate, la frutilla, los cítricos, el queso rallado, las frutas secas y el chocolate. "En las personas que padecen aftas, no hay que suspender comidas, ya que le saldrían de todos modos debido a algún otro factor desencadenante, como el estrés." En cambio, la deficiencia de ciertos nutrientes predispone a desarrollar esas llagas. Entre ellos, el hierro presente en la carne, el huevo y el pescado, la vitamina B que aporta la levadura de cerveza, el hígado y las verduras de hoja verde. Por Fabiola Czubaj La Academia Estadounidense de Médicos de Familia estima que el 25% de la población piensa que es alérgica a ciertos alimentos. Sin embargo, apenas el 8% de los chicos y el 2% de los adultos sufren realmente esa respuesta inmune a algún alimento que el organismo percibe como nocivo. "Cualquier tipo de alimento puede producir reacciones alérgicas", dijo el doctor Ramón Fernández Bussy, jefe del Servicio de Dermatología del Hospital Nacional del Centenario, en Rosario. Mientras que en los chicos, según el experto, los alimentos responsables del 90% de alergias alimentarias son los lácteos, el huevo, el trigo, las frutas secas y la soja, en los adultos predominan los mariscos, los pescados y las frutas secas, como el maní y las nueces. "Si bien la lactancia materna ayuda a prevenir las alergias, no hay una forma conocida de prevenir el desarrollo de una alergia alimentaria, salvo que se retrase la introducción a la dieta de alimentos causantes de alergias en los niños hasta que madure el tracto gastrointestinal", agregó Fernández Bussy. La urticaria también puede responder a un fenómeno alérgico y se caracteriza por la aparición de ronchas que pican y varían de lugar. Mientras que la urticaria crónica dura más de cuatro o seis semanas, la urticaria aguda es la que suele atribuirse a un origen alimentario. Entre la comida que suele provocarla están los embutidos, como chorizo y fiambres, los mariscos, el pescados, los frutos secos, las nueces, el chocolate y ciertos cítricos, como la frutilla, el tomate y derivados presentes en los jugos envasados. A diferencia de la alergia, quien padece urticaria de origen alimentario puede con el tiempo desensibilizarse y tolerar el alimento que le provocaba la reacción en la piel. |
ALIMENTOS QUE AFECTAN LA SALUD CUTÁNEA. MITOS Y VERDADES
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