DERMATITIS ATÓPICA

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La Dermatitis atópica (DA) es una enfermedad de
la piel recurrente (con periodos de
empeoramiento y de mejoría) y caracterizada por
lesiones en forma de enrojecimiento, picor
intenso y sequedad. Constituye una entidad
dermatológica que empieza a preocupar a los
padres por que "no desaparece" a pesar del
tratamiento establecido por el pediatra.
A lo largo de la Historia ha recibido multitud de
nombres: Eczema constitucional, eczema infantil,
neurodermitis diseminada de Broco, eczema
flexurante de Hebra, prúrigo eczema
constitucional, etc.
¿Qué frecuencia tiene en la población?
Aproximadamente 5 de cada 100 niños (1 cada
20) padecen DA, si bien, se ha observado un
incremento de esta incidencia probablemente
debido a una mayor concentración de sustancias
irritantes en el ambiente.
¿Cuál es la causa de la dermatitis atópica?
Se desconoce la verdadera causa de la DA. Se
sabe, sin embargo, que la predisposición a
padecerla se hereda. La DA puede considerarse
como la manifestación en la piel de un trastorno
de naturaleza hereditaria y familiar que
denominamos atopia. Esta es una enfermedad
compleja que afecta a distintas partes del
organismo: en el aparato respiratorio la atopia se
manifiesta como asma o como rinoconjuntivitis
alérgica (picor en ojos y nariz, lagrimeo y
estornudos, especialmente en primavera), en el
aparato digestivo como alergia (vómitos, diarrea,
hemorragias) a una o varias proteínas alimentarias,
y en la piel, constituyendo la enfermedad que nos
ocupa, la DA.
¿Qué es exactamente la atopia? El término de atopia
hace referencia a la predisposición que tienen
ciertas personas a reaccionar exageradamente
frente a sustancias o estímulos ambientales. Ya
hemos dicho que esta reacción exagerada puede
tener lugar a cualquier nivel; en la piel la atopia
sería responsable de la DA.
¿Esto quiere decir que un sujeto atópico va a padecer todas
estas manifestaciones en su vida? No. Puede padecer
solo una, algunas o, en el peor de los casos,
presentarlas todas. Además, no suelen presentarse
a la vez. En los casos en los que vaya a aparecer
más de una manifestación la primera en dar la
cara suele ser la DA.
¿Qué relación existe entre la DA y la alergia?
De lo comentado anteriormente puede deducirse
que la DA está estrechamente vinculada a
trastornos alérgicos (asma, rinitis, conjuntivitis
estacional). Sin embargo, no todos los médicos e
investigadores están de acuerdo en calificarla
como una verdadera alergia. El desacuerdo es
aún mayor cuando se considera su posible
relación con alergia a alimentos.
Recientemente se están aportando pruebas a favor
de ésta posibilidad en un pequeño número de
casos, de modo que la adecuada identificación
(difícil) del alimento causante de la "alergia" (si
realmente existiera) y la subsiguiente dieta de
exclusión podría proporcionar una significativa
mejoría del trastorno en tales casos. De aceptar
ésta posibilidad sería necesario efectuar las
investigaciones pertinentes.
¿En qué niños deberían hacerse éste tipo de investigaciones?
? En aquellos que no mejoran
adecuadamente con el tratamiento
convencional pasados los primeros años.
? Niños que aunque responden al
tratamiento convencional, continúan
necesitando tratamiento diario después
de meses/años
¿Cuándo comienza a presentarse esta
enfermedad?
Suele aparecer dentro del primer año de vida y,
más concretamente, a partir de los 2 ó 3 meses.
¿Cómo se manifiesta la dermatitis atópica?
El síntoma fundamental es el picor hasta el punto
que su inexistencia descartaría el diagnóstico. Se
trata de una sensación exclusivamente de la piel
que provoca el deseo irreprimible de rascarse. En
la DA se reconocen dos tipos de prurito (picor):
uno provocado por diferentes estímulos que en
cualquier persona provocan picor, y otro
"especial" del sujeto atópico en el que estímulos
que en el resto de las personas se sienten como
contacto, él los percibe como picor ("la piel del
atópico es una piel que pica"). El picor y el
rascado consiguiente es causa de la aparición de
nuevas lesiones o del empeoramiento de las ya
existentes. Es curioso que hasta que el niño no es
capaz de desarrollar un patrón de rascado
coordinado (los dos ó tres meses de edad) no se
desarrolla la DA.
La lesiones de la DA varían a lo largo de la edad
por lo que pueden distinguirse 3 periodos o fases:
? Fase del lactante: Se inicia a partir de los
tres primeros meses de vida y determina
un enrojecimiento "húmedo" de las
mejillas y la frente; también se afecta el
cuello y la parte superior del tórax. En
un 50% de los casos la enfermedad cura
por sí sola y desaparece. Cuando esto no
sucede se pasa a la siguiente fase.
? Fase infantil: Si la DA no desaparece en la
fase anterior se dice que estamos en esta
fase cuando las lesiones persisten
pasados los tres años de edad. El
enrojecimiento aparece en los pliegues
internos del codo (fig 2), rodillas (fig. 3),
en las muñecas (fig 2), cuero cabelludo,
etc. Debido al intenso picor, el rascado
empeora las lesiones dejando una piel
dura y seca permanente. La DA puede
acabar desapareciendo en esta fase antes
de que llegue la adolescencia en un alto
porcentaje de los casos (75%).
? Fase del adolescente y del adulto: Se inicia a
partir de los 12-14 años. Puede ser
continuación de la fase anterior aunque
puede ser el comienzo de la enfermedad.
Las lesiones y su localización son
similares a la de la fase infantil. Las areas
de piel dura, consecuencia del rascado
pertinaz, se van pigmentando dando,
típicamente en el cuello, aspecto de
suciedad.
Cualquiera de estas lesiones se presentan en
brotes, habiendo épocas de mejoría y otras de
empeoramiento. Puede suceder, a veces, que solo
haya picor en ausencia de lesiones en la piel.
Otras manifestaciones de la piel pueden también
formar parte de la dermatitis atópica: dermatitis
plantar juvenil (pies agrietados), pulpitis digital
(inflamación del pulpejo de los dedos), eccema
dishidrótico (ampollas y enrojecimiento que
aparece entre los dedos), queilitis descamativa
(irritación de los labios), blefaritis atópica
(irritación de los párpados), etc. Consulte con su
pediatra las dudas sobre cada una de estas entidades.
Por otra parte, hay ciertos rasgos que aparecen
más frecuentemente en la DA que en un sujeto
normal; son los llamados "Estigmas de la
Dermatitis atópica" y, que pueden hacernos
sospechar una DA: doble pliegue que aparece en
el párpado inferior, lengua geográfica (la
superficie de la lengua tiene regiones de aspecto y
coloración diferente que parecen dibujar un mapa
geográfico), areas de palidez a modo de circulos
en la cara y otras localizaciones (a esto se le llama
pitiriasis alba), etc.
¿Hay factores que empeoren una dermatitis
atópica?
...es decir, ¿existen factores que precipiten la
aparición de un nuevo brote de DA? En efecto. A
veces cambios estacionales o ambientales pueden
modificar su curso hacia peor o, al contrario,
mejorarlo; en algunos casos la mejoría resulta
espectacular cuando el niño es separado de su
medio ambiente habitual. También los cambios
hormonales pueden mejorar o empeorar la
situación. El estrés psicológico suele facilitar la
aparición de un nuevo brote de DA o agravar uno
ya existente.
¿A qué complicaciones puede dar lugar?
Al ser niños con una piel más sensible, existe una
mayor predisposición a padecer infecciones
cutáneas por bacterias, virus (sobre todo del tipo
Herpes) y hongos.
¿Es preciso realizar estudios en un niño con
dermatitis atópica?
No, en la mayor parte de los casos. El diagnóstico
lo habrá hecho su pediatra al observar las lesiones.
En casos muy contados podrá ser conveniente la
realización de pruebas de alergia cutánea o de
algún otro tipo de estudio más complejo.
¿Qué pronóstico tiene esta enfermedad?
Es una enfermedad absolutamente benigna
aunque, muchas veces, desesperante. Su tendencia
natural es a desaparecer con la edad:
- 50% desaparecen tras la primera fase.
- Hasta un 75% curan en la pubertad.
¿Hay alguna manera de conocer si esta enfermedad se va a
prolongar durante largo tiempo? No. Sin embargo, se
han señalado algunos signos que incrementan la
probabilidad de que sea prolongada:
- Alergias alimentarias
- Asociación con rinitis o asma
- Historia familiar de atopia
- Afectación de las manos.
¿Cuál es su tratamiento?
Antes de exponer en que consiste el tratamiento
de la DA, conviene dejar claro ciertos puntos:
- Es importantísimo comprender que no
existen curas rápidas pues la DA es una
enfermedad crónica de la piel para la cual,
todavía, no se ha encontrado un tratamiento
curativo definitivo. En algunos casos ciertas
sustancias pueden ser responsables de la
persistencia de una DA por lo que su
eliminación sería el objetivo más importante
para conseguir una clara mejoría.
- Existe una tendencia de la enfermedad a
mejorar con la edad (no
siempre) e incluso en muchos casos a
desaparecer por sí sola.
Gran parte del esfuerzo terapéutico ha de dirigirse
a hidratar la piel por medio de baños y, luego, a
retener la hidratación mediante la aplicación de
sustancias hidratantes (emolientes)
inmediatamente después de salir del baño. Estas
sustancias se aplicarán como crema o como
ungüentos dependiendo del clima local (húmedo y
templado, seco y frío) y del estado de la
enfermedad. Los aceites de baño proporcionan
cierto beneficio pero no pueden desplazar ni
sustituir a los emolientes que se aplican al final del
baño. Las lociones siempre son inadecuadas para
hidratar la piel seca en los pacientes con DA.
BAÑOS Y HUMIDIFICACIÓ N DE LA PIEL
En caso de brote severo, se procederá a duchar
(mejor que bañar) al niño una vez cada dos días, y
solo con agua templada. Medidas esenciales
durante el baño:
- Hay que evitar frotar, rascarse (o permitir
que se rasque). Se limitará el uso de jabón o
sustancias limpiadoras especiales a las zonas
más sucias de la piel tales como las ingles y
zona del pañal, las axilas y los espacios
interdigitales.
- El secado se hará solo incompletamente y
mediante toques o palmeados con la toalla:
No frotar.
- Cuando la piel aún se encuentra mojada
(dentro de los 3 minutos siguientes al baño)
se aplicarán:
§ Cremas o ungüentos de
corticoides en las áreas más
afectadas (rojas y causantes de
picor).
§ Cremas hidratantes en todo el
cuerpo.
OTRAS CONSIDERACIONES
La baja humedad ambiental favorece la
deshidratación. Por eso, especialmente en
invierno y en hogares dotados de calefacción,
debe procurarse mantenerla al 50%.
La sudoración profusa provocada por calor
ambiental, ejercicio físico o excesivo abrigo,
también empeora la situación por lo que éstas
circunstancias deben evitarse en lo posible y
razonable (no lo sería prohibir el juego por el
temor a que sude).
El estrés emocional también es perjudicial. A
veces deben tomarse medidas para reducirlo o
evitarlo.
Las sustancias irritantes deben también ser
evitadas. Pero no solo los detergentes pues
algunas sustancias utilizadas como hidratantes de
la piel pueden ser irritantes para la piel del sujeto
atópico (es el caso del ácido láctico, el
propilenglicol y la urea). Leer con atención la
fórmula de las sustancias hidratantes y geles de
limpieza corporal por si contienen éstas
sustancias.
Si su hijo padece una DA y contrae varicela o una
infección por virus herpes (la típica "calentura"
que, como una costra, aparece en los labios) corre
el riesgo de que las lesiones de la varicela o el
herpes sean más extensas e intensas que en los
demás niños. Deberá consultar con su pediatra.
TRATAMIENTO MEDICO
- Los corticoides tópicos (medicación
antiinflamatoaria de aplicación directa sobre la
lesión) son esenciales en los brotes.
Dependiendo de la severidad de las lesiones, de la
extensión y de la localización se utilizarán
preparados más o menos potentes. Especial
cuidado en los que se empleen en zonas tan
delicadas como la cara. Consulte con su pediatra las
dudas.
- Los corticoides por vía general (por boca o
inyectados) deben evitarse prácticamente en todos
los casos. Consulte con su pediatra las dudas.
- Para reducir el picor suele recurrirse a los
antihistamínicos. Estos no deben usarse nunca
como cremas sobre las lesiones pues pueden
sensibilizarla y empeorar la situación.
- Los antibióticos pueden ser necesarios en caso
de sobreinfección de la piel lo cual no es raro que
suceda.
- Nuevos tratamientos: Hace unos años se ha
aprobaron dos nuevos tratamientos tópicos
(Tacrolimus y pimecrolimus) aunque su uso ha
quedado restringido a niños mayores de 2 años y
siempre bajo prescripción de un facultativo
experimentado en su empleo. También se han
descrito otras formas de tratamiento no
totalmente acreditadas o reservadas para formas
especialmente graves y rebeldes: fototerapia o
fotoquimioterapia (PUVA, UVA), ciclosporina,
interferón, etc. Sólo el especialista podrá
informarle acerca de la conveniencia de recurrir a
ellos.
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